Elisabeth Michot- fabian jowers, Pta. y director de la ONG Música para salvar vidas

"No puedes estar en África y tener los ojos cerrados"

Fabian Jowers y Elisabeth Michot.

Fabian Jowers y Elisabeth Michot. / Alberto Domínguez

Música para salvar vidas se creó hace diez años con el objetivo de ayudar a unos niños de África que habían sufrido abusos y abandono. Cayeron en manos de Fabian Jowers y Elizabeth Michot sin que nunca antes pensaran montar una ONG, pero las circunstancias y la situación de aquellos niños les obligaron a ello. Así montaron un orfanato en Uganda, en las afueras de Kampala. Hasta hoy.

-¿Cuál fue la semilla de Música para salvar vidas?

-Fabian: En 2005 nos hicimos cargo de 15 niños y 8 niñas en Uganda, y los llevamos a Madrid porque entonces organizábamos conciertos y el Ayuntamiento de Madrid nos pidió que hiciésemos uno en la Plaza Mayor el día de la cabalgata de Reyes. Fue un éxito y aprendimos mucho de esos niños. Conocimos sus dificultades y nos quisimos involucrar más. Una cosa llevó a otra.

-¿Qué les llevó a África?

-F: Comiendo en casa de unos amigos, la hija de uno de ellos, que había dado clases de inglés en Uganda, explicó su experiencia. Nos habló de un orfanato. Elizabeth tenía una agencia de música y yo le ayudaba. Soy un inglés andaluz de las Minas de Riotinto. Tenía tiempo y el idioma. Lo lógico es que me fuera allí.

-¿Qué hizo que se hicieran cargo de los chicos?

-F: En ese primer viaje para el concierto en Madrid trajimos al director del orfanato pero vimos que no era trigo limpio. Le dijimos que le daríamos el dinero acordado por el concierto para mejorar el orfanato, pero que el dinero para que los chicos fueran a los colegios lo entregaríamos directamente, de banco a banco. Se molestó, se volvió a Uganda cabreado y dejó a los niños cuatro días antes. Cuando volvieron los chicos los echó a todos. En el orfanato había chicos de 16,17 ó 20 años que habían estado en la calle y con condiciones de vida espantosas. Los echó porque se le habían crecido y no sabía que hacer con ellos. Él cogía a niños pequeños para atraer a los patrocinadores. Un hombre de Dios. Nosotros nos sentimos responsables de haber creado esa situación.

-¿Qué se plantearon?

-F: Teníamos dos opciones: dar la vuelta y hacernos los locos o coger el toro por los cuernos y hacernos cargo de esos niños. Cogimos la segunda opción.

-¿Sabían dónde se metían?

-Elizabeth: En absoluto. Volvimos para allá e intentamos meterlos en colegios internos. Llegaron las vacaciones y no sabíamos qué hacer con ellos. Volvimos a traerlos a España y buscamos más conciertos. En la primera gira todo el mundo se enamoró del coro y de sus bailes. Teníamos padrinos, uno para cada niño. Ilusos, pensamos hacer nuestro propio proyecto. No te das ni cuenta. En 2006 nos instalamos de forma definitiva en Uganda, cuando encontramos una casa en Kampala.

-¿Cuántos chicos viven en el orfanato?

-F: 25 niños. Los chicos salen todas las mañanas muy temprano. Van a los colegios o a la universidad y vuelven por la tarde. Pero también tenemos a más chicos fuera de la casa, porque ayudamos en otros proyectos. No puedes estar en África y tener los ojos cerrados, te vienen a buscar.

-¿En qué se diferencia su proyecto de otros?

-Cuando te limitas a darle de comer a unos niños para que no se mueran y a los 16 años los mandas a la calle, como en la mayoría de orfanatos, desperdicias todo lo que has hecho. Hay que llegar hasta que se puedan defender por ellos mismos. Si no, no has hecho nada. Yo me enamoré de todos los niños desde el principio. Quería que llegaran a algo. Tienen avidez por conocer, aprender y estar en un mundo mejor. Se dan cuenta de que viven en condiciones espantosas y de la corrupción que hay allí.

-¿Cómo les ayuda la música?

-E: Les da mucha vida. Lo llevan en la sangre, pero si no lo trabajan no sirve de nada. La música es terapéutica y es su esencia. El africano canta y baila siempre, incluso en la guerra o en los entierros. Tenemos cuatro grupos: uno grande, dos de gospel (quinteto y cuarteto) y otro de danza contemporánea que mezcla mimo y teatro. El grupo estrella, Aba Taano, ha ganado 6 premios internacionales.

-¿Cómo se financian?

-E: Con mucho trabajo y sin subvenciones. Nunca las hemos tenido. Aba Taano vive de esto, la música ha sido una salida. Tenemos socios y amigos que nos apoyan desde el principio y contamos con la aportación de los conciertos, con gastos enormes. Es muy duro, sobre todo porque no hay dinero para cultura y cooperación.

-¿Cuáles son las grandes dificultades de su labor diaria?

-E: La corrupción, lo que hay que dar por detrás para salir adelante.

-F: Acabamos de terminar el papeleo para renovar la ONG durante cinco años más. Ha sido tremendo. Políticos, ministerios, dinero por aquí, caja de bombones... Es increíble y es así todo el tiempo. Te ponen trabas aunque estás ayudando a sus niños, cosa que ellos son incapaces de hacer.

-¿Nunca han pensado en tirara la toalla?

-F: No. Ya solo puedes tirar adelante. Si abandonas, qué sentido tendrían nuestras vidas. Y estos chicos dependen de nosotros. ¿Qué vas a hacer, dejarlos tirados?

¿La mayor satisfacción?

-E: Cuando un chaval me dice que le parece una locura tener quince hijos y que no piensa tener más que dos, porque quiere mantenerlos.

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