La líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, tras ser reelegida al frente del partido con un 92% de apoyo de la militancia aspira a refundarlo para iniciar un camino "sin retorno" que le lleve hacia la Generalitat.

"El PP tiene la oportunidad en este congreso de iniciar un camino sin retorno hacia el Gobierno de Cataluña", afirma en una entrevista, en la que sostiene que el cónclave no fue continuista y marcará un antes y un después en la historia del partido.

Camacho explica que este congreso "histórico" deja atrás etapas en las que el PP catalán no era relevante en Cataluña y seinta las bases para que los populares superen al PSC y se sitúen como segunda fuerza. "Hasta ahora hemos tenido congresos de transición en los que se han producido movimientos o tumbos ideológicos. Éste es el congreso de la refundación y la consolidación del papel determinante del PP en Cataluña", asegura la dirigente popular.

Tras cuatro años al frente del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho puede presumir de haber convertido a su partido en protagonista de la política catalana, además de haber pacificado y hecho suya una formación cuyo mando asumió en 2008 por la mínima, en un congreso que fue convulso. Una página más que pasada: "Trabajaremos -dice- en la expansión territorial del PP en Cataluña para asentarnos y acercarnos al objetivo de ser la segunda fuerza".

Obstinada trabajadora, Sánchez-Camacho ha llevado al PPC a cotas de poder e influencia inimaginables hace tan sólo unos años para un partido que, en sus propias palabras, estaba en la "marginalidad" del escenario político catalán y cargaba en sus espaldas con no pocos "estigmas".

Presidenta del tercer partido de Cataluña, senadora, diputada y madre de un niño de cinco años, Sánchez-Camacho, que tiene fama de exigente y perfeccionista, ha logrado que su partido sea el centro de todas las miradas tanto en el Parlament como en sus frecuentas visitas a Madrid para reunirse con los ministros del Gobierno, con quienes tiene una excelente relación.

Las últimas muestras de los sólidos lazos que la unen con el actual Ejecutivo han sido su reunión en Moncloa con el presidente Mariano Rajoy hace dos semanas, y la visita ayer en Barcelona de la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, que la arropó en la clausura del XIII congreso del partido, el de su afianzamiento y consolidación como líder indiscutible.

Con "Soraya", como le gusta llamarla para evidenciar la estrecha relación que las une, inició su andadura como diputada en el Congreso, algo que ahora le hace estar "orgullosa" de su amiga, la mujer "con más poder" de la democracia española.

Esta licenciada en Derecho y que tuvo un fugaz paso como jueza no perdona ninguna ocasión para defender el papel de la mujer en las esferas de poder, y ha sabido labrarse una imagen de mujer todoterreno que puede con todo, pese a ser madre soltera y ostentar numerosas responsabilidades. Su hijo Manuel, de cinco años, no se pierde ninguna de las citas clave de su madre e incluso, como ayer, se atreve ya a intervenir en paralelo a ella: "lo más importante soy yo", le respondió el pequeño cuando Sánchez-Camacho explicaba en el plenario del congreso del PPC la importancia de las reformas del Gobierno de Rajoy.