Josep Antoni Duran Lleida renovó ayer su liderazgo en Unió Democrática de Catalunya (UDC) con una defensa del proyecto de Unió y solemnizando su apuesta por un futuro gobierno entre CiU y PSC que cambie la queja e "insatisfacción permanente" de Cataluña por su voluntad de "pactar e influir" en la política española. Duran fue reelegido presidente del comité de gobierno de UDC con el 91,48% de los votos de los compromisarios en el XXIV congreso de los socialcristianos.

De entrada, Duran quiso acallar las voces que hablan de su sucesión e intervino de forma inesperada a primera hora para asegurar que agotará el actual mandato, que le llevará a liderar el partido durante un total de 25 años de forma ininterrumpida.

"Nosotros tenemos la obligación de situar a las bases para un nuevo sueño catalán", enfatizó Duran, que señaló que su partido, aunque sea "a contracorriente", seguirá defendiendo los postulados socialcristianos de la familia, la solidaridad, la autoridad o la educación en valores.

Duran abogó por "huir del relativismo" y puso en el mismo plano los objetivos nacionales de Cataluña y un determinado modelo de sociedad inspirada en los valores socialcristianos.

Tras subrayar el perfil de Unió, Duran subrayó que el partido "continúa apostando por la federación de CiU" y que lo hace "sin fisuras" por el proyecto político que representa. "Pero respetando este proyecto político y volviendo a renovar el compromiso de ganar las elecciones como CiU", remarcó Duran, que reiteró que (Artur) Mas "es y será nuestro candidato" a la presidencia de la Generalitat.

Duran afirmó que una coalición del PSC con CiU "era y sería la mejor para profundizar en la relación con el Estado. "Artur sabe mi opinión y lo repito ahora. El Gobierno que le convenía a Cataluña es un Gobierno de CiU y socialistas", dijo Duran, tras dos semanas de continuos elogios públicos hacia su persona por parte de dirigentes del PSC, partido con el que Unió incluso ha creado recientemente un canal de diálogo estable.