ETA logró ayer en la isla de Mallorca lo que no consiguió el día anterior con una furgoneta bomba en la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos. Mató con una bomba-lapa a dos guardias civiles en una de las zonas más turísticas de la isla.

Los dos jóvenes agentes fallecidos son Diego Salva Lezaun, de 27 años, y Carlos Sáenz de Tejada, de 28, que resultaron muertos a consecuencia de la bomba que destrozó el vehículo en el que viajaban, y que explotó a las dos menos cuarto de la tarde junto a un cuartel en la localidad de Palmanova, en el distrito mallorquín de Calviá. Salva Lezaun, natural de Pamplona pero criado en Mallorca, era un guardia civil en prácticas destinado en Palmanova desde enero de este año mientras que Sáenz de Tejada procedía de Burgos y llevaba un año en el mismo cuartel. Ambos ingresaron en la Guardia Civil en 2008, vestían de paisano y se encargaban de las labores de mantenimiento en el cuartel.

Tras la explosión de Palmanova, las fuerzas de seguridad localizaron otro coche con una segunda bomba a dos kilómetros del primero y cerca de otro cuartel de la Guardia Civil, bomba que los artificieros de las Fuerzas de Seguridad hicieron explosionar de manera controlada a media tarde.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que se trasladó a Mallorca junto a la ministra de Defensa, Carme Chacón, aseguró que si la víspera "ETA falló y no consiguió su objetivo, que era matar, hoy desgraciadamente ha atinado y ha matado a dos jóvenes, dos guardias civiles, dos servidores públicos".

El titular de Interior no especificó si se ampliará el dispositivo de seguridad ante la inminente llegada del Rey a Palma. "Tenemos un amplísimo dispositivo de vigilancia desde hace ya unos días. Toda la vigilancia que podamos dar, no sólo a los Reyes, que también, sino al conjunto de los ciudadanos de Mallorca, se la vamos a brindar".

El atentado, el segundo con víctimas mortales de este año tras el asesinato el pasado junio del inspector de policía Eduardo Antonio Pueyes, y el primero que se produce en las Islas Baleares, tuvo lugar menos de 48 horas después de que la banda terrorista destrozara una casa cuartel también de la Guardia Civil en Burgos, donde dormían 120 personas, y cuando hoy se cumple el 50 aniversario de ETA.

Socías: "El atentado no va a alterar la llegada de los Reyes"

Según el delegado de Gobierno en Baleares, Ramón Socías, la bomba-lapa estaba adosada a los bajos del coche patrulla pero en lugar de activarse con un "dispositivo de movimiento" -lo habitual de la banda-, que hubiera hecho que el coche saltara por los aires al arrancar, se activó mediante un mando a distancia, lo que hace suponer que los terroristas se encontraban "a pocos metros" del cuartel. En una rueda de prensa desde el lugar del atentado,Socías informó que "sabíamos que Baleares está en el punto de mira y que podíamos ser un objetivo de ETA, dado que teníamos constancia de otras actuaciones anteriores de la banda que, por suerte, no habían causado muertos ni heridos". Pese al grave atentado, Socías recalcó que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado continuarán con los mismos niveles de seguridad que hasta ahora, y confirmó que la muerte de dos guardias civiles "no va a alterar la llegada de los Reyes el próximo sábado a Palma".

Palmanova es un importante enclave turístico de Mallorca frecuentado por turistas ingleses. Tras este suceso, todos sus accesos viarios fueron cubiertos con controles de la Guardia Civil y se impidió el acceso al tráfico tanto de vehículos como de peatones. Además, se puso en marcha la Operación Jaula, lo que conllevó el cierre del aeropuerto y los puertos del Estado de Mallorca y los puertos deportivos, con el fin de "acorralar a los terroristas" que "podrían hallarse aún en la isla", según fuentes gubernamentales.

Por el momento, la titular del juzgado de instrucción número 10, Carmen Adrines, se está haciendo cargo de la investigación del atentado. Además, al lugar de la explosión se han desplazado las principales autoridades de Baleares, encabezadas por el presidente del Govern, Francesc Antich, y el delegado del Gobierno, Ramón Socías.

El último atentado mortal, también con bomba-lapa

La bomba-lapa fue también el método terrorista utilizado en el último atentado mortal de ETA, cuando la banda asesinó al inspector de Policía Eduardo Puelles en Arrigorriaga (Vizcaya) el pasado 19 de junio.

Se trata además del segundo atentado de ETA en poco más de 24 horas, después de la explosión de una potente furgoneta-bomba contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Burgos, que causó medio centenar de heridos leves e importantes daños materiales.

Desde hacía aproximadamente una semana, las Fuerzas de Seguridad del Estado se encontraban en máxima alerta ante la posibilidad de que ETA perpetrara un atentado inminente.

Según informaciones llegadas desde Francia, la banda terrorista había robado tres furgonetas en el país vecino, una de las cuales podía ser la utilizada ayer en el atentado contra el cuartel de Burgos.

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