España

La España vertebrada

  • El autor analiza cómo han quedado los principales partidos políticos después de las elecciones celebradas en la Comunidad de Madrid

Isabel Díaz Ayuso

Isabel Díaz Ayuso / M. G. (Madrid)

O al menos comenzando a vertebrarse a partir del feliz 4M. Hace un siglo del ensayo de Ortega y Gasset y no parece sino que estuviéramos en el mismo sitio. Pero por mucho que se empeñen en negar la posibilidad o el valor de las extrapolaciones, lo cierto es que Madrid ha vuelto a ser aquel machadiano rompeolas de todas las Españas.

Tampoco hace tanto que se acuñara la irónica referencia a Tabarnia, lo que una vez más la ignorante y lacrimógena izquierda ha entendido como Tabernia, llamando tabernarios, o cavernarios, a los que tan bien entendieron quiénes eran y dónde se hallaban los genuinos taberneros o cavernícolas. A la Sra. Calvo que afirma despreciar a esos tabernarios de Ayuso le recordaría el viejo dicho de que no se ofrezca jamón a quien viene de la mortadela y Vd., señora, es más bien de las del chopped, pero bueno “¡barra libre ya!” que al fin y al cabo el dinero público no es de nadie.

No obstante, más allá del triunfo de la verdad y la sencillez encarnadas en la aguerrida Díaz Ayuso, las elecciones del 4M dejan algunas interesantes lecturas aunque no todas buenas. Ante todo que el PSOE no merece esto, al menos no lo merece por su trayectoria histórica; no merece a ésta clase política ignorante, corrupta e ineficaz y, sobre todo, cobarde que no se permitió siquiera el mínimo gesto de dignidad y solidaridad con su candidato al que desde la Moncloa abocaron contumazmente de falacia en falacia hasta la derrota final.

Tampoco es bueno que Vox, pese a su ascenso, desentierre hachas hace tiempo enterradas como sus continuas alusiones al Frente Popular, o pueda caer en la trampa del cuerpo a cuerpo. Y tampoco satisface lo de Más Madrid, hijos bastardos del fugitivo Turrión y su gran error el día que los pretirieron. Y no lo es porque Errejón será más soportable que su ex socio y mentor, tal vez, pero desde luego me malicio que no será menos peligroso. Turrión, colgado de una brocha, parecida a la que antes portaba a su espalda, y con su postrero gesto de ceño imponentemente fruncido, anunció que lo dejaba todo, cargos, marquesados, prebendas, mercado de favores, postulaciones de compinches, el escaño exitosamente conseguido en la Asamblea madrileña, todo menos su nómina y su batallón de escolta, claro está. Así se lo permitió ese dictatorzuelo que es Sánchez, porque perro no come perro.

Desde el fiasco catalán al efecto fallido de Murcia, desde el efecto de la espuria unión con IU y UP, al efecto Rey (si vas por él, mejor no falles, afirmaba P.I. parafraseando a Omar Little, su ídolo ficticio de la serie “The Wire”), secundado sibilinamente por Sánchez, o al efecto Tezanos, el gran embaucador al que sin embargo alguien más tonto todavía, hasta se lo acabó creyendo. Demasiados efectos para una sola causa y ya se sabe que sublata causa, tollitur effectus. En definitiva, Sra. Ayuso, hay mucho que deshacer, pero ¿quién paga el daño que ya está hecho? Tendrá Vd. mucho por lo que luchar a diario, muchas órdenes de “repóngase” o “repárese” para ver de paliar cuanto más mejor aquello del “exprópiese” que hasta ayer mismo se pretendiera.

Porque lo peor sin duda es dejar sólo a Sánchez a los mandos de un vehículo con la gasolina en reserva. Un elefante en la cacharrería es más metódico, ordenado y consciente que Sánchez en un Consejo de Ministros. No es poco lo que debemos a Ayuso pero el paso pendiente, el verdaderamente urgente, es acabar con el sanchismo. Se ha conseguido poner en fuga a alguien que solo ha hecho daño al país, daño a conciencia, porque eran los dicterios de una maldad intrínseca pero nos queda el bobo narcisista, el astro del contoneo en su más amplia acepción, cuya única hoja de ruta es no abandonar Moncloa.

No obstante y en todo caso, bienvenida sea esa nueva España aún en plena vertebración. A Turrión le replicaría lo que no pareció entender del “necio” de su admirado Silvio Rodríguez, porque el pasado ha muerto, y ha comenzado a escribirse el mañana. Pero, ¿eso de que tú no hayas contribuido a sumar P.I.? Claro que sí hombre, con tu desaparición has sumado, y mucho, en ilusión y en esperanza, a millones de españoles aunque en estas elecciones tan sólo hayan triunfado el PP, Más Madrid y si acaso Vox, haya concurrido el PSOE, haya desaparecido Cs, y a UP ni se les espere ya y ojalá que nunca más.