Francia ha desplegado un amplio dispositivo de búsqueda del presunto comando de ETA que anoche mató cerca de París a un policía francés en lo que, de confirmarse, sería el primer asesinato de un agente de esta nacionalidad por parte de la banda armada. El comando al que se atribuye este crimen estaría formado "por entre siete y ocho personas", según fuentes oficiales, que precisaron que todavía se desconoce la identidad de la que disparó a Jean-Serge Nérin, un brigada de 52 años y padre de cuatro hijos, causándole la muerte.

La única persona detenida hasta el momento se identificó como Joseba Fernández Aspurz, alias El Guindi, con un amplio historial delictivo por actos de violencia callejera, de acuerdo con las mismas fuentes, que explicaron que las características del arma encontrada en el lugar de los hechos permiten "en principio" relacionarlos con la organización terrorista.

Las fuerzas de seguridad centran la búsqueda en torno al lugar del crimen, a unos 60 kilómetros al sudeste de París, una zona rodeada de autopistas y vías de acceso a la capital francesa por las que los presuntos etarras podrían haber huido con bastante facilidad. Fuentes judiciales dijeron que la Fiscalía del Tribunal de París ya ha abierto una investigación en torno a esta operación, que está es coordinada por la Subdirección Antiterrorista de la policía judicial francesa (SDAT), la entidad que se ocupa de investigar los casos vinculados a las actividades de la banda terrorista en Francia.

Aunque todavía no se ha confirmado oficialmente la autoría, los medios de comunicación franceses atribuyen esta muerte a la banda armada, que abre los informativos de todas las cadenas de radio y televisión. "El movimiento vasco ETA se radicaliza y golpea Francia", titula en portada el diario vespertino Le Monde que, en páginas de interior, recuerda que la organización terrorista "siempre tuvo bases en Francia, donde "varias decenas de etarras activos o 'latentes' alquilan casas o apartamentos".

El Gobierno francés mantiene la cautela pero, según su portavoz Luc Chatel, los primeros datos de la investigación apuntan a que "es un acto que emana de la organización terrorista ETA". Chatel denunció "con la mayor firmeza" la muerte a tiros del agente, en un acto que calificó de "odioso" y aseguró que el presidente, Nicolas Sarkozy, "está muy movilizado" en la lucha contra la banda terrorista vasca.

El agente fallecido participaba en un control a un vehículo robado de un concesionario de automóviles de la localidad de Dammarie-les-Lys (departamento de Seine-et-Marne). El suceso ocurrió cuando dos personas entraron en el concesionario y amenazaron a un empleado, al que maniataron y tomaron como rehén. Posteriormente abandonaron el lugar en un vehículo que robaron en el concesionario y circularon con él hasta que, a aproximadamente un kilómetro del establecimiento, fueron sorprendidos por una patrulla de policía que intentó identificarles. En ese momento, otro vehículo se aproximó a la patrulla policial y desde él se disparó contra el agente que, pese a llevar chaleco antibalas, falleció poco después como consecuencia de una de las balas que le alcanzó en una axila.

Los sindicatos de policía franceses condenaron el "dramático" asesinato. Fuentes de la central sindical Alliance Police Nacionale dijeron que "cuando se dispara sobre las fuerzas del orden, no se puede hablar de otra cosa que de asesinato".

Sería el primer asesinato de un francés por parte de miembros de ETA que, en 2007 atentó en suelo galo, en localidad de Capbreton, donde mató a los Guardias Civiles españoles, Raúl Centeno y Fernando Trapero. El tiroteo fue el quinto enfrentamiento armado entre miembros de la banda terrorista y las Fuerzas de Seguridad galas desde 1996.