Francesc Homs (Vic, 1969), conseller, portavoz y mano derecha del president Artur Mas además de víctima predilecta de cierto sector periodístico en Madrid, hace de la palabra democracia su mantra. La repite tanto como puede, intentando alejar la manida imagen del choque de trenes, advirtiendo de la irreversibilidad del proceso catalán y aclarando que es el Estado y no los españoles el verdadero desencadenante del divorcio.

-El escenario más probable es el que ya se perfila: el Ejecutivo de Rajoy no autorizará el referéndum en Cataluña. ¿Qué hará entonces el Govern?

-El Gobierno español tiene muy complicado decir que no deja votar a Cataluña. Esto se puede acordar, como han hecho el Reino Unido y Escocia, o materializar conforme al marco legal del Estatut. Confío en que la consulta se hará y en que cuando se haga, el Gobierno español respete el resultado.

-Imaginemos que ustedes encuentran la vía legal para celebrarla. ¿Y si gana el no?

-Si sale que no sin matices, pues es lo que habrá decidido el pueblo de Cataluña [silencio prolongado]... y nos quedaremos como estamos, no lo sé. Si sale el no, lo respetaremos, absolutamente.

-Agotemos hipótesis: se impone el sí a la primera pregunta (¿quiere que Cataluña sea un Estado?) y el no a la segunda (¿y que sea independiente?).

-Se gestionará todo cualquiera que sea el resultado en función de los porcentajes.

-¿Cuál es la cláusula del Estatut que permite celebrar consultas?

-El artículo 122 dice de forma explícita que la Generalitat tiene competencia exclusiva para convocar consultas. Los referendos son competencia del Estado. Las consultas no tienen un efecto jurídico pero obviamente sí político. Cuando se convocó el referéndum de la OTAN, tampoco era jurídicamente vinculante, pero entonces Felipe González se jugó su destino político y salió que sí. Dar la voz a las naciones, desde un punto de vista democrático, es lo esencial. Quien tiene que defender el futuro político de la nación catalana es el pueblo de Cataluña. Nadie más.

-Pero ha olvidado hablar de su plan C: elecciones plebiscitarias.

-Creemos que la vía de la consulta es la mejor. En Cataluña se votará en cualquier caso. Y lo más claro sería una consulta específica como la que hemos organizado, tanto para los partidarios del sí como del no. Hay cosas que no se pueden impedir, y una de ellas es que la gente se exprese. A veces me da la sensación de que al Gobierno le da miedo la democracia.

-Se echa en falta una pedagogía tan ambiciosa como la escocesa. En casi 700 páginas han explicado las consecuencias, no sólo positivas, de una ruptura con Gran Bretaña.

-Aquí lo hacemos de otra forma. Estamos elaborando 19 informes sobre los temas clave y donde se cuentan los pros y contras de la independencia. Ya hemos presentado cinco, que son públicos y pueden consultarse. Se habla de la Hacienda, de qué tipo de relaciones podríamos mantener con España, se habla de las telecomunicaciones. En abril o mayo estarán todos ellos disponibles. La suma será nuestro libro blanco. Hay transparencia e información.

-La vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, decía un año atrás que ninguna ley comunitaria contempla la salida de Cataluña de la UE si se independiza. La posición de Bruselas es hoy muy distinta. ¿Asumen ustedes que serían expulsados de Europa?

-Ha habido presiones del Gobierno español, pero lo que le dijo a usted Reding refleja lo que de hecho hay ahora: ningún artículo de los Tratados de la Unión contempla la expulsión de un territorio que ha alcanzado la independencia. La UE no te da un manual de instrucciones para constituirte en Estado independiente. Si analiza bien la posición oficial de la UE, ellos dicen que cuando un Estado miembro pregunte cómo se debe proceder, ellos contestarán y lo harán caso por caso. Si el último país que se ha incorporado a la UE es uno donde hace 20 años había muertos a miles, ¿de verdad alguien cree que un proyecto democrático y de paz como es Europa va a expulsar a una nación como la catalana, que ha seguido un proceso escrupulosamente democrático? Esto es el fin de la UE. Europa no podría presentarse al mundo después de haber expulsado a siete millones de personas por el hecho de haber decidido democráticamente dotarse de un Estado. El problema lo tiene más Europa que Cataluña.

-Rumor inyectado desde la Meseta: Mas está deseando romper con ERC y ruega a Moncloa alternativas para salvar la cara.

-Hay una constante en buena parte de la prensa madrileña que se caracteriza por no interpretar bien lo que pasa en Cataluña: no se interpretó bien lo que significó la operación del Estatut, se presionó al Tribunal Constitucional para que fallara en contra del texto y así se hizo; se pensó que las manifestaciones de 2010 y 2012 eran un calentón de verano; se ha especulado con que no habría acuerdo entre los partidos catalanes para formular la pregunta y ponerle fecha... los hechos van desmintiendo esta rumorología. Esto es como un enfermo que no quiere asumir su enfermedad y por tanto tampoco la terapia. Una constante es menospreciar el calado del debate que hay en Cataluña. En 2009, el señor Montilla, nacido en Iznájar, alertó de que había serio riesgo de desafección de los catalanes respecto al resto de España. Es un señor moderado, no es nacionalista, no fue una advertencia banal. Cinco años después, es lo que ha ocurrido. Algunos tendrán dificultades para entender lo que está pasando, pero pasará igualmente.

-Joan Herrera (ICV), también favorable al referéndum, afeaba en este mismo periódico que cuando la Generalitat calcula las balanzas fiscales utiliza sólo el criterio que más le favorece pese a que hay como mínimo seis.

-¿Herrera decía que hay seis métodos? Él formó parte de un Gobierno de la Generalitat que estableció dos métodos de cálculo y los ha defendido siempre. No sé si quiere agradar cuando sale de Cataluña. Le aseguro que el señor Herrera defiende en Cataluña sólo dos métodos de cálculo, que son los mismos que defienden CiU, PSC y ERC.

-¿Qué pasaría con el Barça si prospera la secesión?

-Lo mismo que pasa con el Mónaco. Estoy seguro de que al Sevilla le interesaría jugar contra el Barça y viceversa. Estamos en el mundo de la globalización. Nosotros no queremos la independencia por aldeanos sino para proteger aquello que nos es básico y después de intentar que fuera protegido por el Estado español. Esta operación no es contra España. A España y a los españoles desde Cataluña se les quiere mucho. Es porque el Estado español no nos defiende. Estamos convencidos de que con un Estado propio las relaciones entre Cataluña y España van a mejorar mucho; las suspicacias, las desconfianzas que han sido motor de debates políticos estériles ya no existirán. Y mejoraremos conjuntamente la defensa de la Península Ibérica porque seremos tres estados. Si Cataluña tiene un Estado propio, el resto de España saldrá ganando.

-Se romperían vínculos de sangre fraguados durante siglos, decía Rajoy.

-Ni Cataluña va a fallar al resto de los pueblos de España ni el resto de los pueblos de España fallará a Cataluña. Repase las decisiones del Gobierno central en los últimos tiempos: ¿de verdad tiene sentido haber actuado contra artículos del Estatut que eran idénticos en Andalucía? Ahí se ve que hay un ensañamiento político. Un dato que seguro que no es una casualidad: en 200 años sólo ha habido dos presidentes de España catalanes, y sólo por dos años cuando somos el 16% de la población, el 18% del PIB y el 25% de las exportaciones. A la señora Chacón, cuando intenta hacer carrera en el PSOE, la torpedean por ser catalana. ¿Usted cómo se cree que va a organizar las elecciones europeas el PP? En contra de Cataluña, defendiendo la unidad de España. Y le importa un bledo si saca más o menos votos en Cataluña porque ya sabe que no los va a sacar. Cataluña viene a ser una moneda de cambio en los conflictos de los dos grandes partidos españoles. Sabemos que tenemos muchas contradicciones, pero tenemos ganas de libertad, y como estamos en el siglo XXI y no vendrán con los tanques, ya le aseguro que la independencia es irreversible si hay mayoría en Cataluña.

-¿Irreversible? ¿No hay forma de resideñar el Estado para que Cataluña se sienta cómoda?

-No. No hay indicios de esa voluntad. Ni PP ni PSOE han hecho nunca una oferta a Cataluña.

-El PSOE propone refundar España como Estado federal.

-¿Eso es una oferta a Cataluña? Yo pregunto cómo quedarían la lengua, la financiación, las instituciones propias, las infraestructuras, y no me responden. Tampoco los dos grandes partidos se han propuesto jamás unificar posturas y seducir a Cataluña.

-¿Tiene Mas hoy por hoy algún interlocutor en Madrid?

-En estos momentos no. Tienen miedo de hablar con nosotros, miedo a las filtraciones y a que les zumben los tres periódicos más radicales y contrarreformistas de Madrid. Miembros del Gobierno español me lo han confesado. Y a eso algunos le llaman democracia.

-La negativa de los empresarios catalanes a la vía independentista es un revés.

-Hay de todo. En el pacto por el derecho a decidir hay patronales.

-Fomento del Trabajo no está y es la principal.

-Pero está Fepime, está Cecot, están todas las cámaras de comercio, están los sindicatos mayoritarios, las patronales agrarias. De hecho está todo el mundo menos Fomento. Es uno entre muchos. La afirmación de que los empresarios no están con el proceso es producto de una contaminación periodística. Y luego vienen las sorpresas. En un proceso político no votan las empresas sino las personas. Y hay catalanes por los cuatro costados que no quieren la independencia, y hay andaluces, gallegos, castellanos o del Real Madrid que están a favor.

-También tributan las personas, no los territorios.

-Efectivamente, pero el gasto no viene caído del cielo sino de los ingresos tributarios. Tributan las personas y consumen bienes públicos las personas. Al final siempre hay personas. Es una discusión muy sorprendente. No se puede decir que pagan las personas pero consumen los territorios. Si hacemos el criterio de las personas, cuando Andalucía reclama solidaridad no sería viable porque si pagan las personas, consumen las personas, no hay territorios ni fondos de solidaridad. Si hay un concepto territorial para el gasto lo tiene que haber también para los ingresos. Lo contrario es tomar el pelo a la gente.

-Rescato una frase suya anterior: ¿Está usted seguro de que no entrarán los tanques en Cataluña?

-Y tanto. Al pobre señor Ibarretxe se le decía que no podía plantear lo que planteaba porque en el País Vasco había violencia. Y ahora, desde Cataluña, tampoco se puede. ¿Por qué? La culpa es de estos políticos españoles que hacen en cada caso el discurso que más les conviene. No ha habido ni habrá una sola expresión de violencia en Cataluña. El PP ha celebrado aquí su convención y no ha habido ningún problema. El PP está preparado para el conflicto en términos clásicos y éste es un conflicto en términos del siglo XXI, que es democrático.

-Se critica que el debate identitario haya tapado en Cataluña la crisis económica. Y los casos de corrupción.

-No es así. Hemos tomado medidas que ninguna otra Administración en España ha asumido en términos de transparencia y códigos éticos para combatir esa desafección yo creo que exagerada de la ciudadanía hacia la política. La crisis va íntimamente ligada al propio debate. Un día me gustaría poder explicar que el Govern ha aprobado un proyecto de ley de reforma laboral, fiscal o aeroportuaria. Pero no podemos porque no tenemos ninguna competencia. Me parece cínico acusar al Govern de no priorizar los problemas de la gente e impedirle a la vez contar con los instrumentos para hacerlo.

-¿Mantendría el castellano su estatus actual en una Cataluña independiente?

-Es una lengua imprescindible, aparte de oficial, y esto lo tenemos clarísimo. Forma parte de la identidad actual de Cataluña. La única cosa que quizás cambiaría es que lo que hoy es exigible para el castellano, que es el deber de conocerlo y algunas características legales y protecciones adicionales, se equilibraría para que haya una situación de igualdad con el catalán.