El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, ha presentado este lunes, tres semanas antes de la Asamblea General de la federación de izquierdas que elegirá a su sucesor, su dimisión como líder de la formación, para evitar que dicho cónclave comience "con reproches del pasado" y tenga un inicio "en positivo". Sin embargo, dejó claro que no dimitirá de su cargo como diputado de IU en el Congreso en "toda la Legislatura", porque no está de acuerdo "con la liquidación del patrimonio de IU".

Llamazares aseguró en rueda de prensa en la sede federal de IU que no dimite "influido por la presión" de sus adversarios, quienes en realidad han sido "un acicate", y que su decisión no tiene elementos de "resistencia", ni la hace "en negativo". Sin embargo, sí se refirió a las palabras que ha recibido desde dentro de la federación y consideró que los límites de la crítica es algo que habrá que analizar en la Asamblea Federal de IU, para que esas críticas no lleven "nunca a olvidar la amabilidad".

El hasta hoy líder de IU aseguró que sus años como coordinador general han sido la "mejor etapa" de su vida, y recalcó que ha sido un "honor" representar a una organización "que tiene un gran futuro". "Estoy convencido de que la próxima Asamblea de IU no debe ser la del reproche o el retrovisor, sino para el futuro de IU. Tiene que ser de debate político, no de personas, y debe proponer a la sociedad una salida de izquierdas a la crisis", resaltó Llamazares, que, según fuentes de IU, trató de dimitir en julio.

Sin embargo, la fecha se retrasó a noviembre debido al acuerdo entre el PCE y la denominada 'tercera vía', aseguraron las mismas fuentes. En este sentido, Llamazares aseguró que dimite porque empecinarse en el cónclave en un informe de gestión de su mandato sería un "flaco favor" a IU, ya que la Asamblea Federal que se celebra en tres semanas "empezaría con reproches del pasado". Según dijo, con esta decisión "despeja la duda" sobre si quiere condicionar la Asamblea, y afirmó que tras esta decisión "no hay ningún plan B".

Acerca de su continuidad como diputado y de las hipotéticas dificultades de coordinación con la nueva Dirección, indicó que él no está de acuerdo con la "liquidación del patrimonio de IU", y consideró que las organizaciones son "más importantes en la medida que son capaces de compaginar militancia y dirección". Para Llamazares, no estaría bien que tras la Asamblea Federal, la coalición cree una situación de "inestabilidad y de falta de perfil en el Congreso".

Eso sí, quiso dejar claro que colaborará con cualquier coordinador y se atendrá a las directrices de la nueva Dirección, porque él es un "militante corresponsable y leal". "Me voy a mantener en el Congreso toda la legislatura. No voy a hacer el harakiri a los dirigentes de IU, y mucho menos me voy a hacer el harakiri a mi", destacó el todavía coordinador, quien agregó que de su etapa al frente de la coalición se queda con "haber sido junto a otros cabeza de las movilizaciones contra la guerra de Iraq y nunca haber dejado de hacer política".