El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, viajará hoy a Washington para mantener mañana la primera reunión con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y empezar a diseñar la agenda de trabajo de la nueva relación bilateral abierta con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca.

La entrevista con Clinton tendrá lugar en el Departamento de Estado, un mes después de la toma de posesión de la nueva Administración estadounidense, con la que el Gobierno quiere fortalecer la cooperación en todos los campos después de la etapa de recelos y tensión de George Bush. Será el primer contacto político directo entre ambos Ejecutivos, precedido por la reunión que el consejero de Seguridad Nacional, el general James Jones, mantuvo con el Rey y con el propio Moratinos el pasado viernes en Miami al término de la gira de Don Juan Carlos y Doña Sofía por Trinidad y Tobago, Jamaica y EEUU.

En ese encuentro, Jones, en nombre de Obama, les transmitió el interés de la Casa Blanca en profundizar la amistad con España y colaborar para afrontar desafíos comunes. Moratinos y Clinton serán los encargados de ordenar la agenda de trabajo para los próximos meses, además de ir preparando una primera cita entre Obama y el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero.

Ambos coincidirán a comienzos del próximo mes de abril en la reunión del G-20 de Londres y en la cumbre del 60 aniversario de la OTAN que se celebrará en Estrasburgo (Francia) y Kehl (Alemania). Obama y Zapatero se comprometieron a trabajar en común en la conversación telefónica que mantuvieron el pasado 7 de noviembre, tres días después del triunfo electoral, en la única ocasión en la que han hablado.

El presidente estadounidense trasladó este mismo mensaje al Rey el pasado día 13, cuando le llamó para disculparse por no poder verse con él en Miami.

Moratinos y Clinton harán un repaso de las principales cuestiones de la escena internacional, como la situación en Oriente Próximo y la formación del nuevo Gobierno israelí. Otro punto importante será la nueva estrategia en Afganistán, donde EEUU quiere un mayor esfuerzo militar.