El president José Montilla cortó ayer en seco las especulaciones sobre un posible adelanto electoral en Cataluña tras la crisis abierta en ERC, mientras que la oposición (CiU, PP y C's) ve a un Gobierno "débil" e "inestable" sumergido en una suerte de via crucis a la espera del congreso de Esquerra.

Montilla compareció a petición propia en el Parlament para dar cuenta de la sustitución de Joan Puigcercós por Jordi Ausàs al frente de la Consejería de Gobernación, después de que el primero, secretario general de ERC, decidiese abandonar el Ejecutivo para "dar un golpe de timón" al partido ante el varapalo recibido en las generales, decisión que ha abierto una dura pugna entre Josep Lluís Carod y el propio Puigcercós por el control de la formación.

Montilla quiso "dejar claro" que "la dirección de ERC ha reiterado en todo momento" que la decisión de Puigcercós "no significa de ninguna de las maneras una alteración de su compromiso político" con el tripartito. "Por tanto, estoy en condiciones de garantizar que el compromiso del conjunto de fuerzas que dan apoyo al Gobierno de la Generalitat, con la estabilidad que ha disfrutado desde las elecciones, sigue inalterable".

A pesar de que algunos consejeros admiten en privado su preocupación por lo que pueda pasar en el congreso que ERC ha avanzado a junio, fuentes socialistas consultadas insisten en descartar un adelanto electoral, al menos vinculado al congreso de ERC, ya que creen que los republicanos, sean del sector que sean, deben de ser los menos interesados en avanzar ahora las catalanas tras el varapalo sufrido el 9-M.

El líder de CiU, Artur Mas, advirtió al presidente de la Generalitat que la sustitución de Joan Puigcercós "debilita al Gobierno" autonómico y provoca "inestabilidad". Mas se preguntó además qué garantía tiene José Montilla de que en el congreso de ERC, previsto para junio, no se pueda cuestionar la continuidad del actual Ejecutivo catalán.