España

Moratinos se plantea como reto recuperar el consenso con el PP

  • El ministro de Exteriores jugará un papel fundamental los próximos cuatro años para apoyar la candidatura a la Capitalidad Cultural y proyectar Córdoba

La nueva etapa de Miguel Ángel Moratinos al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores tendrá como principales retos la presidencia de turno de la UE en el primer semestre de 2010, la recuperación del consenso con el PP y la apertura de una nueva etapa en la relación con Estados Unidos.

La continuidad de Moratinos le permitirá mantener la línea de trabajo de los últimos cuatro años y los proyectos en marcha en su política de diálogo con Cuba, América Latina, Gibraltar y el Magreb. Además, la presencia del diputado por Córdoba lo convierte en firme valedor para consolidar la candidatura de la capital como Ciudad Europea de la Cultura en el exterior, ya que Moratinos siempre ha mostrado su apoyo y colaboración para conseguir este objetivo. El ministro será una pieza clave para proyectar Córdoba como escenario para desarrollar encuentros internacionales, como ha demostrado en los últimos cuatro años al elegir la ciudad como punto de encuentro en múltiples jornadas y cumbres de carácter político.

Después de la férrea oposición desempeñada en la pasada legislatura, el PP ha sido recíproco con la oferta de consenso lanzada por el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, en el debate de su investidura. Los acuerdos que tradicionalmente ha habido sobre la acción exterior española se quebraron por el apoyo del ex presidente del Gobierno José María Aznar a la guerra de Iraq y la retirada de las tropas ordenada por Zapatero nada llegar al poder en abril de 2004.

Aunque la discusión sobre Iraq parece agotada, persisten visiones alejadas en otros asuntos, como el diálogo con la dictadura cubana, la relación con el presidente estadounidense, George Bush, el enfoque del diálogo con Gibraltar o el conflicto del Sáhara.

La presencia militar de España en Kosovo tras la declaración de independencia y la posible participación en la operación civil de la UE también concitan alguna divergencia entre Gobierno y PP, así como el número de soldados y el planteamiento de la misión en Afganistán.

La legislatura arrancará con un primer punto de encuentro: la ratificación parlamentaria del Tratado de Lisboa, prevista para antes del verano. Las elecciones europeas, que se celebrarán en junio de 2009, serán el prólogo de la presidencia española de la UE, punto culminante del nuevo mandato socialista en materia exterior. Otra meta del Gobierno es impulsar la comisión que se encargará de la conmemoración de los bicentenarios de las repúblicas iberoamericanas a partir de este año, ralentizados tras la crisis diplomática que hubo con el presidente venezolano, Hugo Chávez, en la cumbre de Chile del pasado mes de noviembre.

Se seguirá apostando por la Alianza de Civilizaciones a través de la figura de un coordinador nacional encargado de aplicar el catálogo de medidas anunciadas a principios de este año. Reforzar el papel de la ONU y la lucha contra el terrorismo internacional; incrementar la cooperación con los países más pobres y modernizar el servicio exterior, completan los principales ejes de la diplomacia española. Moratinos seguirá contando como número dos con el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, y como novedad, incluye en su equipo al ex portavoz del PSOE en el Congreso Diego López Garrido como secretario de Estado para la UE.

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