El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, reivindicó ayer la Constitución como "instrumento de oro" para afrontar los nuevos retos de España y recordó que en ella "no está el problema, sino que radica la solución", pues se puede reformar para "mejorar" el país, pero nunca para "aniquilarla".

El ministro participó en el acto conmemorativo en Barcelona del Día de la Constitución junto a la delegada del Gobierno, Llanos de Luna, y con la presencia de dirigentes de Ciudadans, PPC y PSC. En su discurso, recordó que la Carta Magna del 78, que calificó como la del "consenso y la concordia", permitió "romper con la historia no precisamente feliz del constitucionalismo español" en los anteriores dos siglos. "Pero no es una palabra eterna. En algunos momentos de la historia es conveniente revitalizar y actualizar pactos, pero no para desmantelarlos, sino para fortalecer sus principios y eficacia", admitió el dirigente.

A su juicio, "podemos reformarla para mejorar y reforzar nuestra España, pero no para aquellos que lo que puedan pretender sea su aniquilación o desaparición. En la Constitución no está el problema, sino la solución. La Constitución nos marca el camino".