PSOE y PP: a romper inercias o a ser rehenes de sus extremos

Las elecciones andaluzas van a dejar el primer gran ensayo del nuevo ciclo político: acuerdos entre partidos o más bibloquismo. Mónica Oltra, imputada, debe dimitir ya del gobierno Valenciano. Puig ve peligrar el mandato. Banco de Madrid: indepes, policías cloaqueros, quiebra y chantaje.

Juan Espadas y Juanma Moreno se saludan al comienzo del debate en Canal Sur en presencia de Macarena Olona.

Juan Espadas y Juanma Moreno se saludan al comienzo del debate en Canal Sur en presencia de Macarena Olona. / julio muñoz / efe

En las elecciones andaluzas de hoy nos jugamos mucho más que el gobierno de un partido u otro y las consecuencias (y las proyecciones que se harán) en la política nacional. Lo que está latente es la posibilidad de cambiar las inercias actuales de lo que se ha dado en llamar el bibloquismo (PSOE + UP vs PP+Cs+Vox) frente al fenecido bipartidismo. Resumiendo, será de gran interés comprobar si, llegado el momento y la aritmética así lo exige, el PSOE se abstiene para liberar al PP del fielato de Vox, que condiciona su apoyo a entrar en el Ejecutivo. O sea, se dilucida si hay un cambio sustancial en la política española para que el PP no sea cautivo de la derecha radical ni el PSOE rehén de la izquierda radical.

El acuerdo de los partidos mayoritarios para dejar gobernar al más votado es puro realismo mágico. Llevamos décadas arrastrando ofrecimientos huecos de ida y vuelta. Básicamente porque todos trabajan con la calculadora en la mano y saben cuándo les interesa un pacto similar y cuándo no en función de los ciclos políticos. Pero ahora lo que se juegan los ciudadanos es que la entrada de algunos partidos en las instituciones condicionen decisiones de gobierno que van muchas veces contra el interés general y contra asuntos que ya gozan del consenso social. Hace cuatro años, el PP pudo hacerlo en Andalucía, cuando ganó las elecciones Susana Díaz, pero los números le daban para gobernar con su bloque natural y optó por quedarse el gobierno, legítimamente. Ahora el PSOE puede verse en una situación similar, que no idéntica.

El tiempo no es ilimitado

Algún día PSOE y PP decidirán que les conviene más ser serios, pactar un sistema que le dé previsibilidad a los resultados electorales y estabilidad a las instituciones antes que andar al arbitrio de otros partidos con ideas que no comparten. Cualquier pacto de ese tipo debe pasar, en cualquier caso, por garantizar la estabilidad de los gobiernos o no servirán de nada. Ya en 2019 el 71% de los españoles apoyaba un gobierno PSOE-PP-CS (incluyendo la mitad de los votantes de Pedro Sánchez). Ahora ni siquiera hablamos de gobiernos de coalición, solo de permitir que gobierne el más votado sin el dogal de una formación radical.Pero igual es tarde. La crisis económica desatada por la guerra de Ucrania aún en plena recuperación post covid, el bloqueo de la distribución de productos, la subida de los carburantes y la crisis inflacionista que aún ni sabemos a dónde nos lleva traerá más desigualdades y por lo tanto un enfado social creciente que, como ya estamos comprobando, termina traduciéndose en votos para formaciones populistas radicales. Ellos sabrán. Pero el tiempo para hacerse adultos no es ilimitado.

Indepes, hasta el infinito

Una de las características de los independentistas es que no aceptan un no por respuesta. Solo les vale "su" sí. Lo contrario es solo un tránsito, una opinión equivocada de quienes no están a favor de la independencia. Un error de los demás en definitiva. Solo hay que mirar hacia Edimburgo. La ministra Principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ya está preparando una iniciativa para presentar en la asamblea legislativa autónoma con un subterfugio para sortear la ley de Escocia de 1998, que es la que permitió al parlamento de Westminster traspasar las competencias temporalmente a las autoridades escocesas para celebrar el referéndum de independencia de 2014. En aquel momento el 55 % de los escoceses votaron en contra de la secesión. Un 45 % a favor. Pero para los independentistas, la independencia es un camino de persistencia y tozudez. Si no sale a la primera será la segunda, y si no a la tercera o la cuarta. O a la quinta. Yerran quienes creen que favoreciendo un referéndum se arregla el conflicto. Porque no se cansan.

Escocia en modo Cataluña

Es cierto que el Brexit ha sido un factor de distorsión en este conflicto. Quienes defendían el no utilizaron el Brexit como una amenaza advirtiendo que la independencia supondría la salida de Escocia de la Unión Europea. El 60 % de los escoceses habían votado a favor de la permanencia en la UE. Sin embargo, la mayoría del Reino Unido decidió salirse de las instituciones comunitarias. Las palabras de la ministra Principal de Escocia son calcadas a las que llevan años pronunciando los independentistas catalanes: "el parlamento escocés tiene un mandato indiscutiblemente democrático y tenemos intención de honrarlo", dice. Por lo visto el mandato democrático al que alude -que no es otro que el apoyo mayoritario en las urnas a un partido que propugna la independencia- es de superior jerarquía al de la democrática exigencia de respetar las leyes. En el caso de Cataluña lo hicieron a las bravas con aquella charlotada de declaración unilateral de independencia que se aprobó y dejó en suspenso en el mismo acto. En Escocia están buscando vericuetos que ya veremos a dónde los lleva. Y por supuesto acusan al primer ministro británico de no respetar las reglas de la democracia en el estado de derecho ¿les suena de algo?

Oltra lo tiene mal y Puig, peor

La permanencia de Mónica Oltra (Compromís) como vicepresidenta en el gobierno valenciano de Ximo Puig (PSOE) tiene los días contados. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Valencia la ha imputado por encubrir supuestamente el caso de abusos a una menor tutelada por parte de su ex marido, que fue condenado por esos hechos en 2019. Oltra es la responsable política de los centros de menores tutelados y el tribunal dice que existen indicios de que Oltra actuó con algunos funcionarios para impedir la investigación que afectaba a su ex pareja. A lo que se añade, y obstaculizar un caso que suponía cuestionar su propia carrera política. El tribunal sostiene que los trámites que se propiciaron desde la consejería no constituyen una ilegalidad en sí mismos pero sí obedecían al propósito "de una muy dudosa ilegalidad" de beneficiar a su exmarido y autoprotegerse.

Mónica Oltra, en una rueda de prensa. Mónica Oltra, en una rueda de prensa.

Mónica Oltra, en una rueda de prensa. / EFE

Puig la protege -porque también se autoprotege y trata de blindar su gobierno y lo que le queda de mandato- pero ya se sabe cómo acaban estos procesos. El presidente valenciano está en manos de sus socios, con el mandato en tenguerengue. Aunque no hay sentencia judicial, los hechos, a meros efectos de su permanencia en el cargo, importan menos que la percepción. El ejecutivo valenciano arrastra hace meses el caso Oltra, pero la imputación judicial le ha abierto la puerta de salida. No debería ignorarse tampoco que Compromís es una formación política que creció con un mensaje fuertemente regeneracionista, a favor de la transparencia y contra la corrupción y los imputados. La simple sospecha judicial es motivo para que su líder actúe en consecuencia Es cuestión de días que dimita. O eso, o a la parrilla vuelta y vuelta durante meses.

Esa cosa del Banco de Andorra…

Hubo una vez una entidad, el Banco Madrid, propiedad de la Banca Privada de Andorra, que era uno de los más solventes del sistema bancario español hace siete años. Pero terminó quebrando. El departamento antifraude del Tesoro de EE.UU acusó al banco de blanquear capitales relacionados con las mafias rusa, china y venezolana. Le cortaron sus operaciones en dólares hasta que el banco cayó. Un año después, la oficina antifraude norteamericana retiró su denuncia.

El Servicio Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales (Seplac) también había cuestionado el proceder del banco aunque nunca aportó pruebas. No está del todo claro pero parece que el Seplac fue quien contaminó al departamento de EEUU. El Seplac seis años después de la intervención y desaparición el Banco de Madrid concluyó que el banco no había blanqueado capitales de origen ilícito. Resumiendo mucho, esta es la pequeña historia de ese cadáver bancario, que dejó a 15.000 clientes afectados y a 300 trabajadores en la calle.

Quiebra vs cuentas bancarias

Esta semana la justicia andorrana ha admitido la ampliación de la querella de los propietarios del banco contra el expediente Mariano Rajoy, el exministro de Hacienda Cristóbal Montoro y el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz. También están imputados el ex secretario de Estado Francisco Martínez -que aparece en todas las salsas- y el ex director general de la Policía Ignacio Cosidó, a los que acusan de ser los responsables de la desaparición del banco.

Grabaciones conocidas esta semana indican que un policía clásico de las cloacas trasladó un mensaje "oficial" al banco andorrano amenazándole con intervenir Banco de Madrid -lo que ocurrió meses después- si no suministraban información sobre las cuentas de Jordi Pujol, Oriol Junqueras y Artur Mas en el banco del Principado. Cuentas, que según el banco ni siquiera existían. Es todo demasiado sórdido. Cada caso que se conoce solo aumenta el espanto y muestra a un Estado descompuesto ante el desafío independentista. Un cúmulo de errores que van desde este supuesto chantaje con consecuencias hasta meter de prisa y corriendo a los agentes de policía en el buque Piolín, pasando por aquella absurda búsqueda de las urnas de cartón, el haber ignorado por completo a la prensa internacional o las cargas policiales el día del referéndum ilegal. De aquellos polvos, estos lodos andorranos.

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