Nunca es bueno provocar lástima, gustan los triunfadores. La situación es peor cuando el que da lástima aspira nada menos que a la Presidencia del Gobierno, y ésa es la situación del secretario general socialista.

Estos días, entre los socialistas, se escucha por igual el "pobre Pedro" que el "Pedro ha peleado como nadie", pero el resultado de haberse empeñado hasta la extenuación es el mismo que si se hubiera dejado llevar por la corriente: no ha conseguido los votos necesarios para ser presidente aunque estaba convencido de que iba a serlo, así que también se habla mucho estos días, en las filas socialistas, de la mala cara que luce el candidato.

Por si no fuera suficiente cruz haber perdido su primera oportunidad y confesar que se siente engañado por Pablo Iglesias -lo que no provoca simpatía por Sánchez, sino que afianza la idea de que su ingenuidad es impropia de quien aspira a gobernar-, entre los suyos se hacen cábalas sobre quién se hará con la secretaría general del PSOE en el próximo congreso, como si dieran por hecho que Sánchez no podrá mantenerse en el cargo porque los resultados le serán adversos. Vara declara que Susana Díaz podría dar el paso y desde el entorno de la presidenta de la Junta afirman que todavía no ha tomado una decisión. Con unas elecciones en ciernes, las especulaciones sobre quién va a sustituir a Sánchez no ayudan a conseguir los votos necesarios para salir con bien de la contienda.

Tampoco ayuda que circule un vídeo de Felipe González de hace dos años elogiando al bróker iraní con sociedades off shore por medio mundo, ni ayuda que la Junta andaluza tenga imputado a un consejero, aunque Ciudadanos no obliga a su retirada para mantener el acuerdo de gobierno.

En fin, que Pedro Sánchez no vive sus mejores días. Y lo peor para él es que hace apenas tres semanas creía tocar el cielo con la punta de los dedos…