El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, defendió ayer ante el pleno del Senado "la verdad" de la actitud del Ejecutivo con Cataluña y negó que consista en agravios en materia de inversiones o en ataques al catalán, frente a la verdad "oficial" que pretende difundir la Generalitat.

Rajoy reivindicó esa verdad durante la sesión de control al Gobierno en el Senado y consideró injustas las críticas de que maltrata a Cataluña en respuesta a las críticas vertidas por el portavoz de CiU en la Cámara Alta, Josep Lluís Cleríes.

El senador nacionalista consideró que los Presupuestos Generales del Estado para 2014 dan la espalda a Cataluña y que el Gobierno, con su ley de educación, pretende convertir en "residual" el catalán.

El jefe del Ejecutivo rebatió cada una de esas acusaciones y contraatacó considerando que el Gobierno está actuando con responsabilidad en sus presupuestos recordando que es "una irresponsabilidad de primer orden" no presentarlos, en alusión directa a que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha prorrogado los de este año.

"Decir que el presupuesto maltrata a Cataluña no es verdad. Es una profunda injusticia, como lo es decir que vamos contra la lengua catalana. Separar y dividir a los catalanes con el resto -insistió Rajoy- es un mal asunto, y el primer derecho que tiene todo el mundo es que se le diga la verdad y no ser confundido utilizando, como siempre se hace, los prejuicios y los agravios".

También negó tajantemente las críticas sobre política lingüística. "Ni se ataca al catalán ni en la enseñanza ni en ningún otro ámbito. Ni se perjudica su presencia en las aulas o fuera de ellas ni supone ninguna suerte de corsé lingüístico", sostuvo.

En su defensa de los Presupuestos para 2014, Rajoy instó a valorarlos "sin miopía" y recordó que lo que va a gastar el Estado en Cataluña son 1.400 millones de euros, que es el segundo territorio en el que más se invierte en puertos y el tercero en ferrocarriles y aeropuertos.

El Gobierno catalán aseguró ayer por su parte, a través del portavoz y conselller de Presidencia, Francesc Homs, que el "portazo" a la propuesta de financiación autonómica de Alicia Sánchez-Camacho (PPC) por parte de su propio partido certifica el "inmovilismo" del Ejecutivo de Rajoy ante las demandas catalanas. La propuesta de la líder del PPC, aprobada por su partido en el congreso regional de mayo de 2012 y que defiende una "financiación singular" para Cataluña, con solidaridad "limitada y finalista" pero sin salir del régimen común, recabó ayer algunos gestos de comprensión entre barones territoriales del PP, como la vasca Arantza Quiroga, que afirmó que su partido debe "escuchar" a su homóloga en Cataluña y "debatir" su propuesta.

También se pronunció al respecto el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que aseguró que la propuesta de Sánchez-Camacho no "pretende la discriminación" entre distintas comunidades, aunque subrayó que ahora "no toca" estudiar una nueva financiación autonómica, asunto que emplazó a la segunda mitad de 2014, "cuando la situación económica de España sea positiva". En declaraciones a la Cadena Ser, Montoro reiteró que lo primero es salir de la crisis y que no tienen sentido otros debates.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, se comprometió ayer con Sánchez-Camacho a ayudar, con los medios necesarios, en la campaña de concienciación que el tienen en marcha para "contrarrestar" las "mentiras" de los partidos soberanistas.