España

Residencias: una lupa sobre el foco más doloroso

  • La Fiscalía General del Estado investiga a 134 centros en todo el país

  • 17.500 ancianos han muerto en ellos desde el comienzo de la crisis

  • Enorme alarma en Cataluña, con 41.000 mayores contagiados o con síntomas

Dos residentes con una ciudadora en  una residencia de ancianos de Barcelona.

Dos residentes con una ciudadora en una residencia de ancianos de Barcelona. / Enric Fontcuberta (Efe)

La Fiscalía General del Estado ha aumentado a 134 las investigaciones penales abiertas (casi una treintena más en sólo una semana) por la situación creada en las residencias de mayores a causa de la pandemia distribuidas por todo el país. De todas éstas, más de la mitad están en la Comunidad de Madrid, la zona más brutalmente golpeada por esta tragedia que se ha llevado por delante a parte de una generación dura y luchadora, la que vivió la Guerra Civil y pese a todo se sobrepuso a tal conmoción y a la consiguiente ruina social, económica y política.

Lo cierto es que, dentro de la hecatombe que está suponiendo la pandemia, el impacto en las residencias de ancianos constituyen un drama en sí mismo. Según una recolección de datos recogidos por la Cadena Ser en toda la geografía nacional, desde que se desató la pandemia, más de 17.500 ancianos que residían en estos centros han muerto a consecuencia de la Covid-19 o sin confirmar pero presentando una sintomatología compatible con las diversas patologías que provoca este nueva clase de coronavirus.

Siendo ya pavorosa esa cifra, la realidad seguramente sea incluso más inclemente, puesto que, según los datos de fallecimientos remitidos por las comunidades al Gobierno, otros 9.200 mayores murieron sin que se les pudiera realizar ninguna prueba, de modo que no figuran en las estadísticas oficiales que cada día publica el Ministerio de Sanidad, en las que sólo se recogen los casos en los que el contagio esté completamente confirmado.

Con los datos conocidos en la mano, la tragedia ha alcanzado su mayor magnitud en Madrid, donde constan 6.000 ancianos han perdido la vida y medio millar está contagiado o presenta síntomas a día de hoy. Y con todo, el escalofrío incluso aumenta al mirar a Cataluña, donde hasta ahora han muerto 3.100 mayores, casi la mitad que en la comunidad madrileña, pero registra 41.000 ancianos contagiados o con síntomas. El explosivo peligro de este último dato queda claro cuando se hace otra cuenta: esos 41.000 ancianos constituyen el 65% del total de personas (64.000) que residían en geriátricos catalanes antes del inicio de la pandemia.

Ante esta más que alarmante situación, con las residencias muy lejos aún de haber logrado escapar al alcance del virus, el Gobierno ha establecido esta semana –es decir, dos meses después del terrible brote– un cambio en el protocolo de actuación para que se intervenga de inmediato en aquellos centros en los que se detecte un solo caso de coronavirus.

La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología ha vuelto a pedir este miércoles a las autoridades que se investiguen a fondo todos los fallecimientos y alertó de la injusta "estigmatización" de todo este sector asistencial.

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