El Gobierno de Pedro Sánchez | Los ministros toman posesión de sus carteras

Sánchez y Torra destensan la cuerda

  • El presidente del Gobierno y el de la Generalitat se comprometen a verse "muy pronto"

  • El jefe del Ejecutivo irá "con la Constitución en una mano y el diálogo en la otra"

Pedro Sánchez y los miembros del nuevo Gobierno posan para la foto de familia en el Palacio de la Moncloa.

Pedro Sánchez y los miembros del nuevo Gobierno posan para la foto de familia en el Palacio de la Moncloa. / Chema Moya (EFE)

La incomunicación entre el Palau de la Generalitat y el Palacio de la Moncloa ha sido liquidada con la conversación que mantuvieron ayer los presidentes del Gobierno, Pedro Sánchez, y de la Generalitat, Quim Torra, que se emplazaron a mantener una reunión "muy pronto".

Según informaron fuentes de la Generalitat a Efe, fue Sánchez quien, tras la primera reunión del Consejo de Ministros, llamó ayer al jefe del Govern para poner en marcha un deshielo que se materializará con la entrevista que ambos se comprometieron a celebrar "muy pronto", para lo que han dejado en manos de sus respectivas oficinas el encargo de cerrar una fecha concreta.

Un deshielo en el que Sánchez se valdrá de un dique irrenunciable, la Constitución. La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, aseguró tras el Consejo de Ministros que Sánchez la llevará "en una mano y el diálogo en la otra con la voluntad de avanzar" cuando se vea las caras con Torra.

Un deshielo que arrancará bajo dos ojos vigilantes. El de la CUP, guardián de la ortodoxia independentista, que ata a corto al Govern de Torra, que considera de corte autonomista y poco empeñado en la unilateralidad. Y, al otro lado, el de Ciudadanos, el ala dura del constitucionalismo en Cataluña, que no pasará ni una concesión a los separatistas. Para empezar, su líder, la más votada en las elecciones catalanas del 21 de diciembre, Inés Arrimadas, le dio ayer plantón al jefe del Govern en la su ronda de contactos con todos los líderes políticos catalanes, que proseguirá el lunes.

Arrimadas envió el jueves una carta a Torra en la que exigía que fuese retirada la pancarta desplegada en el balcón del Palau de la Generalitat que pide la "libertad de los presos políticos y los exiliados", junto a un lazo amarillo.

Torra replicó a Arrimadas, también por carta, que él no pone "ninguna condición al diálogo" y defendiendo la pancarta en favor de los presos colgada en Palau, porque los símbolos que contiene "no son ideológicos o partidistas".

La líder naranja anunció ayer que pedirán la comparecencia de Sánchez en el Congreso para que explique "cuáles son sus hipotecas" con los "separatistas" tras "dar vía libre" a Torra, en las finanzas catalanas.

Por su parte, la ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, insistió en que el Gobierno tiene "tendida la mano" para "dialogar y empatizar" con Torra, pero advirtió de que hay "unos límites claros" y "no nos moveremos del marco constitucional y estatutario".

El portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, Carlos Floriano, consideró ayer a su vez que la nueva ministra de Política Territorial y Función Pública no tiene "un pasado excesivamente tranquilizador" y pidió en declaraciones a Antena 3 que explique cuál es su posición actual respecto al "derecho a decidir" y su hoja de ruta para Cataluña.

Una hoja de ruta que no se antoja corta. La portavoz del Gobierno aseguró ayer que el nuevo Ejecutivo de Sánchez tiene "toda la legitimidad" para agotar la legislatura, pero que será el presidente quien decida cuándo convocará los comicios. Celaá subrayó que, después de que triunfase en el Congreso la moción de censura contra Mariano Rajoy, el Gobierno actual se siente con toda la legitimidad constitucional y dispuesto a abordar el trabajo que le corresponda.

"Nacemos con voluntad -añadió- de hacer las cosas bien. Somos un Gobierno que vuelve a la realidad y hay una gran expectativa en relación con que todo aquello que barrió la crisis pueda ser devuelto".

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