España

Sánchez hace oídos sordos

  • El presidente del Ejecutivo trata de esquivar la histórica derrota en Andalucía y reafirma ante su partido que el Gobierno está "fuerte"

Sánchez y Narbona en la Ejecutiva de este lunes

Sánchez y Narbona en la Ejecutiva de este lunes / EFE

La histórica derrota del PSOE en las elecciones autonómicas de Andalucía ha supuesto un jarro de agua fría para los socialistas que, con Pedro Sánchez a la cabeza, tratan de evitar que esta debacle salpique al Gobierno, negando tanto un cambio de ciclo como una lectura nacional de los resultados.

Aunque en el PSOE se afanan en asegurar que no hay preocupación tras el resultado electoral en Andalucía, las caras serias de los miembros de la Ejecutiva Federal y el silencio que mantienen los principales dirigentes socialistas evidencian que la herida es más profunda de lo que quieren aparentar.

Y es que el PSOE no sólo ha obtenido el peor resultado de su historia en unas elecciones autonómicas andaluzas al bajar hasta los 30 escaños, sino que ha perdido frente a un PP que por primera vez logra la mayoría absoluta en la comunidad más poblada de España y la que hasta ahora era el principal caladero de voto para los socialistas. Tanto en el PSOE como en el Gobierno esperaban unos malos resultados, pero no hasta este punto.

Intentan ser optimistas al señalar que con su segundo puesto siguen siendo "la fuerza hegemónica de la izquierda en Andalucía", pero la distancia respecto a los 58 escaños del PP es abismal.

El PSOE trató de encajar el golpe en la noche electoral y ayer empezó a analizar los motivos de la debacle en la reunión de la Ejecutiva Federal presidida por Sánchez, que se prolongó durante más de dos horas ante las múltiples peticiones de palabra.

El portavoz del PSOE, Felipe Sicilia, fue quien dio la cara en el día de resaca poselectoral en sus múltiples entrevistas a medios y en la rueda de prensa posterior a la Ejecutiva, con los mismos argumentos que esbozó en la comparecencia del domingo, en Ferraz, la vicesecretaria general del partido, Adriana Lastra.

Ambos achacan la derrota del PSOE a la falta de movilización de su electorado y al escaso tiempo que aseguran que ha tenido Juan Espadas para dar a conocer su proyecto, al haber tomado el relevo de Susana Díaz al frente del partido hace menos de un año. Sicilia también echó la culpa de la escasa representación del PSOE a la división de la izquierda con las candidaturas de Por Andalucía y Adelante Andalucía.

Tanto él como otros miembros de la Ejecutiva insisten en desvincular el resultado de Andalucía de la gestión del Gobierno de Sánchez y niegan un cambio de ciclo a nivel nacional como augura el PP, ya que insisten en que los electores votan de forma diferente en función del tipo de comicios.

En el PSOE también descartan cambios en el Ejecutivo de coalición y de hecho el propio Sánchez destacó en la reunión de la Ejecutiva Federal, según Sicilia, que el Gobierno está "fuerte y sólido" y que "hay legislatura hasta el final". Fuentes del Gobierno insisten en esta idea y apuntan que queda mucho para las elecciones generales, previstas a finales de 2023.

Pero en general el Ejecutivo guarda silencio: Sánchez no tenía agenda pública ayer más allá de la Ejecutiva y los únicos ministros del ala socialista que hablaron fueron Fernando Grande-Marlaska y José Luis Escrivá, preguntados por los medios en sus respectivos actos.

Ambos rechazaron hacer una lectura nacional de las elecciones andaluzas. En general, el PSOE trata de desvincular la derrota en Andalucía del Gobierno y de minimizar la arrolladora victoria del PP, al señalar que lo que han logrado los populares ha sido conservar un Gobierno y recuperar a parte de su electorado que había pasado a Vox y Cs.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios