España

Zapatero evita que el Congreso le convoque pero comparecerá en febrero

  • El Ejecutivo y el grupo socialista han negociado contrarreloj para eludir una convocatoria del presidente del Gobierno por parte de la Diputación Permanente.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha evitado que el Congreso le convoque de forma urgente para comparecer sobre el aumento del paro a cambio de un compromiso con parte de la oposición para hacerlo trimestralmente y de un pacto para acudir a la Cámara en el primer pleno de febrero.

El Ejecutivo y el grupo socialista han negociado contrarreloj para eludir una convocatoria de Zapatero por parte de la Diputación Permanente, ya que este órgano debatía sendas peticiones del PP por una parte, y de ERC-IU-ICV y el grupo Mixto por otra, con el fin de que informara al Parlamento de sus medidas para combatir el desempleo, que afecta ya a más de tres millones de personas.

Los socialistas han apurado las negociaciones, a varias bandas, hasta poco antes de la votación, primero para ofrecer comparecencias trimestrales sobre economía del presidente y luego para cerrar la fecha de la primera, cuando el Congreso recupere la actividad ordinaria, en el pleno que comenzará el 10 de febrero.

Ayer todos los grupos de la oposición habían comunicado al PSOE que estaban de acuerdo con los requerimientos para que Zapatero acudiera a un pleno extraordinario este mismo mes, e incluso se apuntaba la posibilidad de que fuera la semana próxima.

Sin embargo, los socialistas han logrado sortear el llamamiento, que el PP daba casi por seguro, después de un acuerdo con una parte de los proponentes (ERC-IU-ICV y el BNG) que ha sido aceptado por CiU; el PNV lo ha facilitado al abstenerse sus dos diputados en la votación de la iniciativa del grupo popular.

Al retirarse la petición de las formaciones de izquierdas únicamente se ha votado la del PP, rechazada por una mayoría de 30 votos frente a 20, de los cuales 19 son del grupo popular y uno de la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas.

Más allá de los contactos fuera de la sala, en el debate celebrado por la Diputación Permanente, órgano que sustituye al pleno en los períodos inhábiles, la mayoría de los grupos han convenido en la importancia de que el jefe del Gobierno explique al Parlamento cómo piensa afrontar el importante aumento del paro.

El portavoz socialista, Ramón Jáuregui, ha destacado que Zapatero dará en febrero una información al Parlamento que ningún presidente europeo está aportando y ha considerado "muy cercana al oportunismo político" la exigencia del PP. De hecho, ha arremetido contra este partido por no "arrimar el hombro" cuando España vive una crisis "brutal".

Sin embargo, la portavoz del grupo popular, Soraya Sáenz de Santamaría, ha afirmado que "no hay un solo motivo" para que Zapatero no acuda urgentemente a la Cámara. "Esta comparecencia no es sólo oportuna o conveniente, sino imprescindible para quienes se toman el desempleo en serio", ha señalado.

Ha censurado la actitud de "inmadurez" del Gobierno frente a la crisis, pues en vez de asumir "el liderazgo de una sociedad unida", ha optado por "escurrir el bulto", y le ha acusado de "oportunismo" por vaticinar que el empleo se recuperará a partir de marzo, anuncio motivado por las elecciones en Galicia y en el País Vasco.

En este último aspecto han coincido el portavoz de ERC, Joan Ridao, la diputada de CC, Ana Oramas, y el del BNG Francisco Jorquera, quienes también han emplazado a Zapatero a comparecer "sin miedo" y sin tener cálculos partidistas por los comicios.

El diputado del PNV Emilio Olabarria ha dicho que si Zapatero no acude al Congreso incurriría en una "falta de respeto" al Parlamento porque sólo hace unos días apareció en Internet planteando medidas que los diputados no conocían.

Mientras tanto, Josep Sánchez Llibre, de CiU, ha remarcado que se va a celebrar la comparecencia y ha considerado suficiente que Zapatero acuda en el primer pleno para dar "la cara".

Gaspar Llamazares (IU) ha subrayado que más de tres millones de parados es el "hecho diferencial" español, producto de una crisis propia a la que se ha llegado por el empleo precario, la especulación urbanística y las deficiencias energéticas.

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