Al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, le costó hacer una valoración de las elecciones europeas a pesar de que tanto CiU como el PP le preguntaron sobre el tema en el pleno del Senado de ayer y cuando lo hizo fue muy escueto. "Espero que disfruten de los resultados", espetó al portavoz popular Pío García Escudero.

"Sean cuales sean los resultados los aceptamos muy bien, no buscamos excusas", dijo después de ser interpelado en dos ocasiones por el senador popular aprovechando una pregunta al Gobierno sobre la central nuclear de Garoña. "Me sorprende que hable de las elecciones que ustedes han ganado con ese tono tan agrio, parece que ni cuando ganan están contentos", añadió.

Asimismo, Zapatero confió en que las elecciones del domingo no generen en los populares "espejismos" y recordó al popular que pese a las votaciones sigue sentado en el banco de la oposición. "Me alegro de verle sentado donde está", ironizó.

El portavoz popular aseguró que los resultados del 7-J demuestran que Zapatero "ha perdido la confianza de los españoles" y que la pérdida de más de siete puntos en poco más de un año "es la factura que ha tenido que pagar cuando decía que íbamos al pleno empleo y que no había crisis".

Según García-Escudero, el aumento del número de parados, el cierre empresas y el aumento del gasto público es lo que "le han hecho perder las elecciones y no vale decir que se ha castigado a los gobiernos". "El socialismo ha fracasado el domingo pasado en toda Europa", añadió. Por eso le pidió un ejercicio de "reflexión y humildad" y que pusiera en marcha reformas en la educación, el mercado laboral, la política fiscal, el sistema productivo y el modelo energético. "Ese es el mensaje que debería entender".

Zapatero no hizo, sin embargo, reflexión alguna aunque el senador de CiU Jordi Vilajoana también le preguntó sobre el tema y previsiblemente no habrá ningún análisis más hasta que los socialistas tengan terminado un estudio detallado de los resultados electorales que ya han encargado. Así lo comentó el vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco, en una conversación informal con periodistas en los pasillos del Senado, en la que insistió en culpar a la crisis de la derrota. La única valoración añadida que hizo fue asegurar que los datos de las europeas no afectarán a futuros resultados electorales porque "vamos a ganar las elecciones de 2012 y la campaña electoral la voy a coordinar yo (Pajín coordinó ésta)". Sin embargo, tan solo segundos después, dio marcha atrás en el comentario y aseguró que se trataba de "una broma".

Estos comentarios podrían ser el resultado del malestar que no ocultaron algunos sectores del PSOE por la forma en que se llevó la campaña europea, la primera que no organiza José Blanco desde que José Luis Zapatero llegó a la secretaría general, en 2000.

El Grupo Socialista reconoce que los resultados en las elecciones europeas no fueron buenos, pero en su reunión de ayer en el Congreso eludió la autocrítica porque los ve "asumibles" y los sitúa en un contexto de crisis grave en el que todos los gobiernos europeos han sido castigados por sus electores. El portavoz, José Antonio Alonso, insistió ayer en rueda de prensa en que estos resultados no son extrapolables a unos comicios generales y recordó al PP que la cuestión de confianza que pide ya tuvo lugar en marzo de 2008, cuando Zapatero se consolidó en el Gobierno.