Las claves
Pilar Cernuda
Comienza la pelea por los Gobiernos regionales
FRANCO: 50 AÑOS, 50 HISTORIAS [7/50]
Hay una curiosa relación entre el puente del 25 de Abril de Lisboa y Francisco Franco. La revolución de los claveles tuvo lugar un año y siete meses antes de la muerte del dictador. Hay un insólito paralelismo histórico de los dos países que forman la península Ibérica. Países que se repartieron los océanos por el Tratado de Tordesillas (1494) cuando eran las dos potencias marítimas más influyentes. Medio milenio después sólo se repartirían los ríos que nacen en España y mueren en aguas portuguesas: Miño, Duero, Tajo, Guadiana. Cristóbal Colón, genovés de cuna, era portugués consorte pero descubrió América para la Corona española. Fernando Magallanes, lusitano de Sabrosa, despechado por su rey, ofreció sus servicios a Carlos V para capitanear la ruta de las especias que se convirtió en la primera vuelta al mundo.
Franco y Salazar son dictadores de la misma quinta. Coetáneos de vida biológica y vida dictatorial. Antonio Oliveira Salazar (1889-1970) murió con 81 años, accedió al poder en 1933, el mismo año que Hitler; Franco muere con 82. Los dos atravesaron en primera persona el último peldaño de la pérdida de sus dominios. Franco, que nace seis años antes de la pérdida de las colonias americanas y Filipinas, vivió en 1956 el final del Protectorado de Marruecos y el reloj de arena que marcó sus últimos días también lo hizo de la descolonización del Sáhara. La revolución de los claveles supuso la pérdida de las colonias portuguesas de Angola, Mozambique y Cabo Verde.
Hubo un tiempo en el que los reyes de España lo fueron también de Portugal. Una unión dinástica que durará 60 años repartida entre Felipe II (Felipe I en Portugal, 1580-1598), Felipe III (Felipe II en Portugal, 1598-1621), y Felipe IV (Felipe III en Portugal, 1621-1640). Formaban un mismo reino cuando es derrotada la Armada Invencible (1588). Velázquez nace y Cervantes muere formando parte España y Portugal del mismo reino. Felipe II, al que Hugh Thomas dedicó su biografía El señor del mundo, fue elegido como modelo de Franco en su particular grandilocuencia. Mandó construir el Valle de los Caídos a 13 kilómetros del monasterio del Escorial, donde están enterrados muchos reyes, desde Felipe II a Alfonso XIII, y donde trasladaron desde el cementerio de Alicante los restos de José Antonio Primo de Rivera antes de que estrenara el primer enterramiento de Cuelgamuros. Felipe II, hijo de Isabel de Portugal, la bella dama que se casó con su primo Carlos V en el Alcázar en marzo de 1526, se convirtió en uno de los pretendientes al trono a la muerte de Sebastián I, con sólo 24 años, en la batalla de Alcazarquivir (Marruecos). Reyes españoles casados con esposas portuguesas. Varios siglos después, esa tradición la mantuvieron el escritor José Saramago y el futbolista Cristiano Ronaldo. Portugal y España no se repartían los océanos, pero ellos los cruzaban simbólicamente, uno con el Nobel de Literatura, el otro con sus cinco Mundiales camino del sexto.
Franco y Salazar se reunieron en siete ocasiones, la primera en el Alcázar de Sevilla"
Franco y Salazar se reunieron en siete ocasiones. La primera tuvo lugar en Sevilla. El dictador portugués llegó el 12 de febrero de 1942. Se alojó en el hotel Alfonso XIII. La entrevista tuvo lugar en un despacho del Alcázar. En la comida posterior acompañaron a Franco algunos de sus familiares: Ramón Serrano Súñer, su cuñado, ministro de Asuntos Exteriores, y su hermano Nicolás Franco, embajador de España en Lisboa. La segunda reunión fue la única que se celebró en tierras portuguesas. Franco llegó a Lisboa el 22 de octubre de 1949 y permaneció hasta el día 27. Fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Coimbra en el último viaje al extranjero que hizo desde la entrevista con Hitler en Hendaya. La siguiente cita tuvo lugar un año después (1950) en el Pazo de Meirás. La ciudad salmantina de Ciudad Rodrigo acogió las de 1952 y 1957 y Mérida las de 1960 y 1963, año del fusilamiento de Julián Grimau.
Si la Legión Cóndor salió entre vítores del puerto de Vigo rumbo a Alemania y las tropas italianas hicieron lo mismo desde el puerto de Cádiz al final de la contienda, la plaza mayor de Salamanca rindió honores a los llamados viriatos, una fuerza de 10.000 soldados portugueses que Salazar envió a España para combatir en la guerra con las tropas de Franco. Los dos países presumían de haber permanecido neutrales en la Segunda Guerra Mundial.
Manuel Gonçalves Cerejeira fue patriarca de Lisboa entre 1929 y 1971. Amigo personal de Salazar, habían coincidido en el Seminario Diocesano de Viseu. En 1934, este obispo viajó a Río de Janeiro y quedó impresionado con el Cristo de Corcovado. A su regreso, organizó una campaña para la construcción de una imagen similar que fuera la puerta de Lisboa. El encargo se lo hicieron a un escultor nacido en Funchal, capital de Madeira, un artista modernista que en sus estancias en París había tratado a Rodin y a Modigliani. Se llamaba Francisco Franco da Sousa (1885-1955). Fue el encargado de esculpir ese Cristo impresionante de 28 metros de altura. Lo levantó de la nada en la localidad de Almada, en el estuario del Tajo. Ese Cristo se convertiría en el abanderado de un puente sobre dicho río que por iniciativa de Salazar se inauguró en 1966. El puente llevó el apellido del dictador desde ese año hasta el 25 de abril de 1974, día de la revolución de los claveles que puso fin a la dictadura portuguesa. Algunos guías turísticos poco versados o mal intencionados, confundidos por el nombre y el primer apellido del escultor, le contaban a sus respectivas huestes que ese Cristo era un regalo que Franco le hizo a Salazar. Los dos dictadores peninsulares que en 1942 firmaron en el Alcázar el Pacto Ibérico. Los dos murieron en la cama.
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