Elecciones generales

El PSOE rechaza de pleno un frente común con el PP

  • Ábalos y Calvo respaldan la opción de formar Gobierno pero no de la mano de Casado porque su plan es recuperar la alternativa progresista

  • Tezanos se defiende de los malos pronósticos del CIS y no dimite: "No soy adivino"

El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, atiende ayer a los medios en la sede de Ferraz.

El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, atiende ayer a los medios en la sede de Ferraz. / Efe

Los triunfos pírricos -primera acepción: obtenidos con más daños del vencedor que del vencido- suelen tener consecuencias. El PSOE se jugó la baza de la repetición electoral y el tiro le salió por la culata a Pedro Sánchez e Iván Redondo, la pareja que recuperó el trono de La Moncloa para los socialistas pero cuya estrategia esta vez ha salido rana.

Por las formas los conoceréis al afrontar las preguntas periodísticas. José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE y hombre fuerte de Sánchez en el partido, perdió las formas ayer y eso, sin duda, tiene que ver con la victoria pírrica, por mucho que el político valenciano interrumpiera en su alocución al redactor: "¿Pero quién ha ganado las elecciones...?", zanjó Ábalos con cierto desplante. Blanco y en botella es leche casi siempre y el ministro de Fomento en funciones estaba ciertamente incómodo y se violentó cuando el mismo periodista le lanzó otro dardo sobre la responsabilidad de Sánchez, gracias a la repetición de los comicios, por no frenar a la ultraderecha, como prometió el PSOE en este medio año desde la anterior visita a las urnas. Evitó asumir ninguna responsabilidad con respecto al auge de Vox, que atribuye en exclusiva a la decisión de PP y Ciudadanos de incorporarlos en acuerdos para gobernar comunidades y ayuntamientos; de hecho, recordó que el partido de Santiago Abascal ha ganado más escaños que el PP en esta repetición electoral y consideró que el PSOE sí ha frenado a la ultraderecha porque no ha conseguido sumar con otras formaciones de derecha. "Nuestra autocrítica va a ser en cómo vamos a actuar, pero no necesitamos hacer ninguna flagelación porque no vamos a contribuir a lo que otros están haciendo, que nunca van a reconocer que este partido ha ganado las elecciones", dijo.

El dirigente socialista calificó la situación tras el 10-N como "compleja" y de "política muy dinámica", que exigirá "mucho trabajo". Pero dejó claro que el compromiso del PSOE es el de "tratar de articular esta realidad compleja para plantear un Gobierno de carácter progresista". Precisó que antes del domingo no había ya otra "alternativa" y recalcó que los socialistas no van a "apostar por un Gobierno de gran coalición", en referencia al PP, porque la derecha "sigue sin asumir su responsabilidad". No habrá, por tanto, un escenario como en Alemania, donde el centroderecha y los socialdemócratas se han aliado 10 de los últimos 14 años para bloquear a los ultranacionalistas de Alternativa para Alemania.

"Todas las posibilidades de gobernar pasan por los socialistas. ¿O es que la derecha suma?", se preguntó Ábalos, quien se negó a ser autocrítico con los resultados.

En la misma línea se expresó la vicepresidente del Gobierno en funciones en los micrófonos de Onda Cero. "No va a haber frente común con el PP porque nuestra función ahora es administrar el caudal de respaldo que tenemos para gobernar con las ideas de nuestro programa y ser el muro de contención de la ultraderecha. El PP representa a la derecha y es nuestro adversario político", afirmó Calvo, quien añadió que el PSOE tiene una "gama de posibilidades" para formar Gobierno y sobre una posible alianza con Podemos evitó aclarar si ofrecerán esta fórmula ahora y recordó que la formación morada ya rechazó esta fórmula en julio.

Por otro lado, el criticado presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), José Félix Tezanos, aseguró que no va a dimitir y achacó las diferencias entre su última macroencuesta y los resultados a la bajada de la participación y a las "variables" ocurridas en las últimas semanas, en referencia a la exhumación de Franco y los disturbios en Cataluña. En un desayuno informativo, recordó que él "no es adivino" y el CIS "no es una casa de adivinanzas".

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