Editorial

Pedro Sánchez coloca al PSOE en el precipicio

LA encuesta preelectoral que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicó ayer concluye, como ya han hecho con anterioridad otros sondeos privados, que el PP ganará los comicios y que Unidos Podemos dará el sorpasso al PSOE el próximo 26-J. Ahora más que nunca queda en evidencia la equivocación del secretario general de los socialistas españoles, Pedro Sánchez, al negarse en rotundo a dejar gobernar a Mariano Rajoy, al fin y al cabo el candidato más votado el 20-D. Si así hubiese sido, Sánchez sería hoy el líder de la oposición y tendría tiempo para intentar rearmar ideológica y orgánicamente a un PSOE que todavía no ha sabido orientarse ante los retos del convulso mundo actual. A cambio, tenemos un Partido Socialista que está a punto de ceder el liderazgo de la izquierda española a una formación que es una auténtica amenaza y que lanza continuamente al electorado mensajes contradictorios; una formación que hoy pacta con los comunistas y que mañana se declara socialdemócrata. En el colmo de la humillación, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se permitió ayer ofrecer a Pedro Sánchez la Vicepresidencia del Gobierno en el caso de que él llegase al Palacio de la Moncloa. Sánchez ha colocado al PSOE al borde del precipicio y mucho tendrán que cambiar las cosas en los próximos días para que se enderecen y den un respiro al máximo responsable de los socialistas.

La pregunta ahora es: ¿estamos ante un fenómeno coyuntural propio de los difíciles momentos que vivimos o, por contra, estamos ante un auténtico y traumático cambio de paradigma en la izquierda española? La respuesta la dará el tiempo, pero ésta dependerá en gran medida de los aciertos y errores que puedan cometer tanto el PSOE como Podemos. Nada está escrito y no sería la primera vez que un gran partido político inicia el camino de la marginalidad, al igual que tampoco sería novedoso el que una formación nueva y existosa termine desinflándose como un suflé.

Los resultados que ofrece el barómetro del CIS no son positivos para el PSOE, pero todavía hay mucho partido que jugar. Muchos escaños se van a decidir por un escaso margen de votos y los socialistas tendrán que hacer un auténtico esfuerzo para demostrar a los españoles que ellos son la verdadera fuerza socialdemócrata que el país necesita, capaz de conjugar la recuperación económica con los valores tradicionales de la izquierda.

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