Primer día de campaña electoral

Si la derecha suma, suma, ¿y la izquierda?

  • Fuera del universo Tezanos, sólo hay una opción de Gobierno, la gran coalición, pero Pedro Sánchez la ha descartado en Vitoria, Casado también la rechaza

Casado, este viernes en Vitoria.

Casado, este viernes en Vitoria. / H. Bilbao/EFE

Fuera del universo Tezanos, lo que indican todos los sondeos ajenos al CIS es que España sólo podrá ser gobernada si hay una gran coalición entre el PSOE y el PP, en un Ejecutivo conjunto o mediante una alianza parlamentaria. Pero el candidato socialista, Pedro Sánchez, ha negado este viernes cualquier opción de pactos con Pablo Casado. Lo ha hecho desde Vitoria para responder a Pablo Iglesias, el líder de Unidas Podemos, con quien sigue sin entenderse. Primera advertencia de esta campaña: si las derechas suman, suman. ¿Y las izquierdas? O Pedro Sánchez tendría que abusar de las valerianas para que los ministros pablistas no le quitasen el sueño o Iglesias debería someterse a una inmersión de humildad seguido de varios hervores de maduración.

Sánchez descarta la gran coalición con el PP, se lo ha aclarado a Iglesias desde Vitoria

A diferencia de Albert Rivera, el presidente del Gobierno en funciones no es un hombre que cambie de opinión según las brisas. Si dice no es que no, y este viernes lo ha explicado en Vitoria. "Le digo al señor Iglesias y a todos los votantes progresistas un compromiso: no vamos a hacer una gran coalición con el PP", ha prometido, al la vez que ha insistido en que no pactarán un gobierno con un partido "que ha pactado con la extrema derecha", en referencia a Vox.  Pero le ha lanzado la siguiente pregunta a Pablo Iglesias: "¿Seguirá bloqueando el único gobierno posible con la derecha y la extrema derecha?"

Votar derecha sí que es útil

Aunque quisiese, Pedro Sánchez no podría coaligarse con el PP, las bases socialistas, difícilmente, aceptarían ese acuerdo. Pero es que Pablo Casado mantiene una tesis similar: el giro que Génova ha dado sobre eso se explica por pura estrategia. Una alianza de Gobierno entre los grandes dejarían a Vox y a Unidas Podemos como las alternativas en la oposición. Pero las diferencias entre ambos son evidentes. Casado sí pactaría con Ciudadanos y con Vox, como hizo en Andalucía, con los naranjas dentro y los voxeros fuera, es la ecuación que permite a Rivera compartir futuro con Santiago Abascal sin que lo note. Él, claro, porque para los demás es evidente que las derechas suman una a una.

Eran los independentistas

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias siguen mostrando en público una desconfianza mutua que haría difícil el Gobierno, pero hay que señalar algo. Sustancia, clave: si el socialistas no accedió a formar un Ejecutivo con Unidas Podemos no era tanto por las exigencias de Iglesias, sino porque ambos necesitarían a ERC y a JxC. Sánchez ya se desentendió de un posible Gobierno el pasado verano, cuando comenzó a asumir lo imposible de aliarse con los independentistas catalanes, sabía cómo iba a ser la reacción a la sentencia del Supremo y sabría (esto es una especulación) de las intenciones nada pacíficas de una escisión de los CDR, los que serían posteriormente detenidos.

Iglesias ha estado este viernes en Palma, y su exigencia para respaldar a Sánchez es la misma: formar parte del gobierno. "Cada voto es un mandato sagrado para formar parte del Gobierno", ha indicado. También se refirió a las palabras del presidente en Vitoria sobre la gran coalición: "Hoy Sánchez me ha contestado. No ha aclarado lo de la investidura, pero ha dicho que no pactará con el PP. Yo en política me fío hasta donde me fío. Aunque no me fío, le agradezco el gesto".

Esquema de bloques

La nueva política ha concluido en este esquema de bloques, a derecha y a izquierda. Ciudadanos están dispuesto a coaligarse con el PP, a seguir exportando la fórmula andaluza. No obstante, hay una pequeña brecha, incierta pero posible si el PSOE y Ciudadanos sumasen con algún otro partido constitucionalista los 176 escaños. Albert Rivera amagó con eso en la pasada legislatura, pero lo hizo demasiado tarde, cuando faltaban unas horas para que expirase el plazo para disolver el Congreso.

De este modo, los bloques quedan consolidados con dos líderes confirmados en cada uno de ellos, el de las izquierdas con el PSOE a la cabeza y el de las derechas, con Pablo Casado. Quien lo explica con claridad es el líder de Vox, tan meridiano que es enternecedor: está dispuesto a bloquear, de nuevo, la legislatura para evitar que el PSOE Gobierne. Abascal sigue llenando teatros, aunque tampoco es indicativo de que le vaya, infinitamente, mejor, los llenaba Manuel Fraga cuando sólo le votaban los siete magníficos. Este viernes en Santander, los aplausos sonaban tan parejos y tan bien que el líder de Vox tituló: "Parece un fragor sevillano".

Vox le debe mucho a Andalucía. A priori, la comunidad del sur sería la más refractaria a esta derecha dura, pero obtuvo diputados en diciembre en todas las circunscripciones, incluidas Jaén y Huelva. Y le sacó provecho, los usó para cambiar, para darle el Gobierno a Juanma Moreno. Es cierto: votar derecha sí que es útil. 

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