el Descreído

Luis J. Pérez Bustamante

Un país hecho pieza a pieza

Podemos se pasa a la imagen socialdemócrata para asaltar los cielos

Podemos va a ser una de las grandes atracciones de esta campaña electoral. Lo viene siendo desde que irrumpiera en las europeas de hace varios años, pero ahora parece que ha terminado de pulir su estilo completamente para asomarse al reto que tiene ante sí: convertirse en el nuevo PSOE. Si las encuestas aciertan, y parece que todas van en la misma dirección, tenemos en Pablo Iglesias a un potencial Felipe González -y no se me cabreen los clásicos socialistas- en lo que a cuidado de la imagen se refiere. El partido morado tiene claro que vivimos, más que nunca, en una sociedad de la imagen y está dispuesto a sacarle el mayor partido posible a esa realidad.

Si se ha fijado el lector, Pablo Iglesias ha descubierto el mundo de la corbata, sin botón en el cuello por supuesto. Sus asesores de imagen también han visto que le queda mejor la coleta sin raya en el medio. Se le ve así más moderno y menos cutre. Que la línea en el medio recuerda demasiado al mayo francés o al soltero descuidado. Es como cuando allá por los 80, los asesores de Felipe descubrieron que la chaqueta de pana daba magnífica en los mítines y acercaba al candidato a los deseos del pueblo. Aseo personal y cuidado con la indumentaria. Somos revolucionarios y vamos a asaltar el cielo, pero como lo vemos cada vez más cerca hemos empezado a planchar mejor la camisa no vaya a ser que suene la flauta de la Moncloa. Podemos va de socialdemócrata y para eso hay que dar una imagen más progre y menos de asistente a manifestación juvenil.

El segundo paso de la campaña es ser súper enrollados. Es decir, como vamos a hacer un país nuevo presentamos un programa electoral embutido en una especie de catálogo de Ikea. La idea es clara. Si hasta el más torpe puede montar un armario de dimensiones vaticanas con una llave Allen, por qué no va a ser lo mismo desarrollar un país. La cosa es fácil: tenemos los instrumentos, las piezas y una serie de modelos que saben hacerlo.Vamos al lío. Quién le iba a decir al joven Errejón, al profundo Garzón, a la maternal Bescansa o al líder Iglesias que sus ideas de transformación se presentarían ante los electores al más puro estilo capitalista. De las charlas de humo y cervezas de la cafetería de la facultad de Sociología a la pasarela de moda sin solución de continuidad. Se ve que las amistades de Monedero con Carmen Lomana se han incorporado al ideario podemita.

Porque la cosa es presentarlo todo perfectamente envuelto. No hay nada como hacer la revolución desde dentro y utilizar las armas de una sociedad consumista para acabar con ella misma. Envolvamos bien el regalo y pasemos de puntillas sobre lo que esconde en su interior. Total, a quién le importa cómo se logre la renta universal, el incremento del gasto público o el control de los medios de comunicación. La cosa está en tener una buena llave Allen. Que el país se construye por piezas y lo más importante es que la caja en la que éstas vienen metidas traiga un dibujo claro. Aunque luego el juguete se desmonte a la primera.

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