¿Se imagina a un alto directivo de la industria farmacéutica como ministro de Sanidad? Algo similar podría suponer el nombramiento de Ángeles González-Sinde, hasta ayer directora de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, como nueva ministra de Cultura, cargo en el que sustituye a un rápidamente desgastado César Antonio Molina (menos de dos años en el puesto) .

Madrileña del 65, hija del director, guionista y productor José María González-Sinde, licenciada en Filología Clásica y antigua alumna del cineasta José Luis Borau, a la sazón presidente de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), debutó en el cine español como guionista de La buena estrella, de Ricardo Franco, película por la que obtuvo el primero de sus dos goyas (el otro fue a la dirección novel por La suerte dormida).

Presidenta de la Academia desde diciembre de 2006, su paso por el cargo revela una postura intransigente -la de la industria que representa- respecto al intercambio de archivos en internet, práctica que criticó con dureza, entre otras ocasiones, en la última gala de los Goya.

Su nombramiento fue inmediatamente jaleado por el sector. La Unión de Actores le pide que "demuestre en su gestión lo que ella misma ya apuntó como presidenta de la Academia"; los exhibidores consideran que su llegada al Ministerio "facilitará la lucha contra el principal problema del sector, la piratería"; y la SGAE se congratula por boca del presidente de su consejo de dirección, Eduardo Bautista. La Asociación de Internautas, por contra, afirma que la elección de Zapatero es "una provocación".