España y África: aliados naturales, aliados estratégicos
El ministro Albares subraya que los españoles debemos ser conscientes de que gran parte del futuro de Europa, y de nuestro país en particular, se juega en África; nuestro enfoque ha de ser inteligente, coherente y de Estado
España y África, tan cercanas, somos conscientes de las enormes oportunidades que nos brinda nuestra vecindad en un contexto de una profunda transformación de ese continente.
El presente y el futuro de África, su progreso hacia un desarrollo inclusivo y sostenible, constituyen intereses estratégicos vitales no solo para el propio continente, sino para el resto del mundo. España y África, pero también África y Europa, formamos parte de un mismo espacio geopolítico, con desafíos comunes que requieren respuestas conjuntas, y con oportunidades que solo podremos aprovechar si trabajamos unidos.
Esta convicción nos ha impulsado a elaborar la nueva Estrategia para África, que el presidente del Gobierno presentó el pasado 5 de diciembre con el título “España-África 2025-2028. Trabajando juntos a través de una relación estratégica”.
En esta estrategia no solo han participado los ministerios implicados, , coordinados por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, sino también la sociedad civil, las empresas, el mundo académico, y los centros de pensamiento, tanto de España como de África. Un diálogo que se ha desarrollado en nuestras embajadas en África, en Madrid y en los distintos viajes a numerosos países africanos durante el último año.
Por primera vez, nuestra aproximación estratégica a África tendrá un alcance continental y no solo limitado a África Subsahariana, aunque seguiremos prestando una atención especial a nuestra vecindad inmediata del Norte de África y África Occidental.
Hoy, en África viven 1.250 millones de personas y las previsiones para 2050 duplican esa cifra. Para entonces, casi la mitad de los menores de 18 años en todo el mundo serán africanos y la contribución africana al PIB mundial, hoy del 3%, se prevé que sea seis veces mayor.
El continente africano tiene grandes bazas: su creciente proyección global, la transformación de su economía hacia una mayor productividad y diversificación, jóvenes y mujeres que se implican cada vez más en los cambios económicos y políticos, y los beneficios derivados de una movilidad segura, ordenada y regular. Junto a las oportunidades, reconocemos también desafíos como el acceso limitado a la financiación, la discriminación por razón de género y el temible impacto de los conflictos armados.
Asistimos a un imparable crecimiento vinculado en la mayoría de las ocasiones a la explotación y comercialización de sus inmensos recursos naturales, incluidas materias primas que, como el cobalto, el cobre y los denominados minerales críticos, resultan imprescindibles para la economía mundial.
En paralelo a este crecimiento, las sociedades africanas están cambiando profundamente. La urbanización acelerada y la emergencia de clases medias que adoptan nuevos estilos de vida y hábitos de consumo transforman a un ritmo vertiginoso el perfil socioeconómico y político de la población. Sondeos como el Afrobarómetro o el Índice de Gobernanza Democrática Mo Ibrahim revelan que dos tercios de los africanos prefieren la democracia a cualquier otra forma de gobierno.
Todo ello muestra la importancia estratégica que el continente africano tiene y con qué atención el mundo debe mirar a África. España, el país europeo más cercano a África, lo sabe bien.
100 maneras de trabajar juntos
Con esta Estrategia para África, redefinimos y orientamos la política exterior española para África durante los próximos años. Proponemos 100 líneas de acción agrupadas en cinco grandes principios: reforzar una relación que facilite la acción conjunta; crecer hacia un desarrollo africano sostenible, enfocado en los jóvenes; conectar sociedades y economías de África, España y el mundo; proteger, garantizando la seguridad de las poblaciones; y convivir en sociedades abiertas con instituciones sólidas e inclusivas.
Un enfoque diplomático que aúna el realismo y la ambición para reforzar y ampliar el diálogo político, las relaciones comerciales y la inversión española. Con nuevas medidas como la creación de un Consejo Asesor sobre África en el Ministerio de Asuntos Exteriores; un incremento del despliegue diplomático español sobre el terreno; y una nueva fundación para África dirigida a promover las relaciones y favorecer el desarrollo del talento africano.
África en el mundo y España a su lado
Los gobiernos y las sociedades de África son cada vez más conscientes del lugar que les corresponde en el mundo. En plena reconfiguración del orden internacional, los 54 estados africanos actúan muchas veces como un bloque y no dudan en ser más exigentes. La reciente admisión de la Unión Africana como miembro de pleno derecho del G-20 da buena cuenta de esta innegable realidad a la que ya no cabe dar la espalda.
Esta nueva hora de África nos interpela y nos lleva a redoblar esfuerzos, hacia dentro, con una mayor coordinación de medios y actores, y hacia fuera, aprovechando al máximo nuestra triple condición de país europeo, mediterráneo y atlántico para reforzar nuestra presencia en África.
España cuenta con importantes activos para construir una nueva relación estratégica con África. Años de interlocución continua de igual a igual nos han permitido tejer una red de excelentes relaciones con países y organizaciones africanas con las que implementar mecanismos eficaces de apoyo al comercio y a la inversión española. Una cooperación al desarrollo respetada y profesional, una presencia e interlocución sobre el terreno, nos avalan. España hoy es un socio fiable y comprometido en materia de paz y seguridad en África tanto en el ámbito bilateral como en el de la Unión Europea y las Naciones Unidas.
Los ciudadanos y ciudadanas españoles debemos ser conscientes de que gran parte del futuro de Europa, y de España en particular, se juega en África. Nuestro enfoque ha de ser inteligente, coherente y de Estado. Con ello sentaremos las bases de una alianza entre España y África para conquistar el futuro que es natural y estratégica en ambas direcciones.
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