Casi 15.000 personas de distintos países combaten con organizaciones terroristas yihadistas en los conflictos de Siria e Iraq, entre ellos 39 españoles, según las cifras que manejan Interpol y el Cuerpo Nacional de Policía. Interpol ha reunido en Maspalomas, en el sur de Gran Canaria, a representantes de policías de 35 países y de tres organizaciones internacionales para analizar el desafío que representa la captación de combatientes por parte de organizaciones terroristas yihadistas.

La organización internacional que coordina a los distintos cuerpos de policía del mundo tiene fichados a 800 de esos combatientes yihadistas "trasnacionales", pero estima que su número real puede ser mucho mayor y rondar los 15.000, según ha reconocido el subdirector general de lucha contra el terrorismo de Interpol, Juan Francisco Heras. De hecho, se estima que solo de Francia han partido cerca de 1.000 combatientes a defender causas extremistas en Siria e Iraq, a los que hay que sumar unos 500 británicos, 250 australianos y de 200 a 250 alemanes, ha precisado este dirigente de la Interpol.

Esas cifras muestran por qué este fenómeno se ha colocado en estos momentos a la cabeza de las prioridades de seguridad de buena parte de países, no solo por las actividades terroristas que están desarrollando sus ciudadanos fuera de sus fronteras, sino por lo que puedan hacer en su tierra cuando regresen de esos conflictos. "Nos preocupa el tránsito de esas personas a escenarios de conflicto y nos preocupa aún más la posibilidad de que algunos de ellos puedan retornar más radicalizados, con una experiencia de estar en conflictos tan brutales como estos y con más adiestramiento terrorista", ha resumido el director de la Policía, Ignacio Cosidó.

Interpol ha creado un cauce especial de comunicación dedicado a este fenómeno para hacerle frente de forma coordinada, que de momento ha dado lugar a cuatro conferencias internacionales, tres de ellas organizadas por España (en Málaga, Granada y Gran Canaria). El director de la Policía ha destacado que las cifras que manejan los servicios de inteligencia muestran que el "nivel de radicalización" de la sociedad española a favor de este tipo de organizaciones es "mucho menor" del que se observa en algunos de las naciones de su entorno, pero no por ello se baja la guardia.

De hecho, ha destacado que, en lo que va de año, han sido detenidas 49 personas en España por su vinculación con las redes de captación de combatientes para organizaciones yihadistas que actúan en Siria e Iraq, en operaciones que han tenido lugar en Ceuta, Melilla y Cataluña, entre otros lugares. "Estamos ante una amenaza grave, que además se ha intensificado en los últimos tiempos en la UE, pero al mismo tiempo creo que tenemos una estrategia acertada para hacerle frente", ha añadido.

Uno de los objetivos de la conferencia es mejorar los sistemas de intercambio de información sobre combatientes retornados, "porque el que un terrorista haya salido de un país no significa necesariamente que vuelva a ese país, puede dirigirse a otro", ha precisado el responsable de la Policía. El subdirector de lucha contra el terrorismo de la Interpol ha llamado además la atención a la publicidad que se da en occidente a estas organizaciones al difundir a través de los medios de comunicación los vídeos que ellas mismas ruedan sobre sus acciones. "La propaganda mediática que utilizan es algo que nunca antes se había visto y, puesto que sigue creciendo la captación, parece que les funciona. Es preocupante", ha subrayado.

Heras ha recomendado por ello a los medios de comunicación que eviten difundir determinadas imágenes de estos grupos terroristas: "Habría que empezar por ahí, por no difundir, por no propagar". Preguntado en las torturas que practicó la CIA en los años posteriores al 11-S, puestas de manifiesto por el Comité de Inteligencia del Senado de EEUU, el director general de la Policía española ha subrayado que la forma más eficaz de luchar contra el terrorismo siempre se encuentra en las normas de un Estado. "Hemos de utilizar todas las herramientas que permite el Estado de derecho y proponer aquellas reformas legislativas que sean necesarias para hacer frente con eficacia a esta amenaza tan grave para los ciudadanos y nuestra propia democracia, pero lo acertado es hacerlo siempre dentro del marco del Estado de derecho", ha alegado. Para Cosidó, ese es un principio que aplican todos los países democráticos, "incluido Estados Unidos".