España

Una etarra proclama en un juicio que "40 años de cárcel no sirven para nada"

  • Ainhoa Múgica está siendo procesada por asesinar en 2001 a un mosso d'esquadra.

La histórica dirigente etarra Ainhoa Múgica proclamó que meterla "40 años de cárcel" no servirá "para nada", ante el tribunal que la juzga por el asesinato del mosso d'Esquadra Santos Santamaría Avendaño el 17 de marzo de 2001. La etarra se enfrenta a una pena de 75 años de prisión como autora de un delito de asesinato, otro de estragos y dos de lesiones terroristas por ordenar el atentado contra el Hotel Montecarlo de Roses (Gerona) el 17 de marzo de 2001 en el que murió un agente de los Mossos d'Escuadra y también resultaron heridos un policía local de Rosas y una ciudadana francesa.

Múgica, que se negó a contestar a las preguntas del fiscal, Miguel Ángel Carballo, sí quiso utilizar su última palabra para lanzar ante el tribunal su proclama etarra en euskera. "Nadie tiene el monopolio del sufrimiento, 20 años de cárcel no han valido para nada, 40 años de cárcel tampoco valen, luego vosotros mismos reconocéis que más cárcel no sirve para nada", afirmó Múgica, que antes de ser interrumpida por el presidente del tribunal, el juez Javier Gómez Bermúdez, aseguró que "el problema no se solucionará con las torturas ni con condenas largas".

La etarra soltó su arenga en presencia del padre del asesinado y presidente de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (Acvot), Santos Santamaría, que se encontraba en la zona habilitada para el público. En el juicio compareció como testigo  Aitor Olaizola, compañero de Múgica ya condenado por estos hechos, que sí accedió a declarar pero sufrió una inoportuna pérdida de memoria y contestó a todas las preguntas del fiscal con un escueto "no me acuerdo". 

Y a pesar de que al entrar en la sala saludó a Múgica, el etarra negó conocer a la acusada. "¿Por qué no recuerda? ¿Tiene usted algún problema mental?", le preguntó el fiscal. "No lo sé", volvió a responder Olaizola para que acto seguido el fiscal pidiera la lectura de sus declaraciones ante la Guardia Civil en las que admitía haber mantenido una reunión en Francia con Ainhoa Múgica, quien le entregó un coche cargado de explosivos para que lo hiciese estallar ante el citado hotel junto a la también condenada Eider Pérez, que declaró por videoconferencia y negó todos los hechos. De nuevo interrogado por el fiscal, el etarra volvió a decir que no recordaba nada y salió de la sala, momento en el que Múgica se despidió de su compañero con un sonoro "¡aupa Aitor!" que éste correspondió.

Tras la inoperante, aunque esperada, actitud de los testigos, el fiscal Miguel Ángel Carballo elevó a definitiva su petición de 75 años para la etarra, a la que considera autora de un delito de asesinato terrorista (30 años), otro delito de estragos terroristas (15 años) y dos delitos de lesiones terroristas (30 años). Además, pide una indemnización de 300.000 euros para la familia de la víctima. En el juicio, que ha quedado visto para sentencia, también estaba personada la Generalitat de Cataluña, que se adhirió a las peticiones del fiscal y la acusación particular de la familia de la víctima, que solicitó elevar la indemnización a 900.000 euros.

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