Feria de Jerez

La caseta que nunca 'duerme' en Feria

  • El puesto de la Cruz Roja se ha convertido en el centro neurálgico de la atención sanitaria en el Real durante esta semana. Son profesionales voluntarios que disfrutan de las fiestas con plena vocación

Una llamada y suena la sirena. Los últimos éxitos de música que se bailan en las casetas se mezclan en el Real con el característico sonido de las ambulancias durante estas jornadas de fiesta y despilfarro. "Tenemos mucho trabajo, en la Feria no se para en ningún momento. La verdad es que hemos auxiliado incidencias de todo tipo", reconoce Andrés Ramírez, director provincial de Socorro y Emergencia. Tanto es así que desde la caseta de servicio de Cruz Roja en el González Hontoria han tenido 138 asistencias desde el domingo hasta el mismo miércoles.

Organizados en tres turnos, estos equipos están 24 horas alertas. "Siempre hay un médico, tres enfermeros, tres ambulancias, una UVI móvil, el centro de coordinación y veinte voluntarios", apunta Ramírez. A su lado se encuentra Jesús Flores, médico voluntario, quien acentúa que "somos muchas personas porque es muy necesaria la presencia de los voluntarios. Por ejemplo, en las intoxicaciones etílicas que no se necesita una asistencia demasiada especializada sí se requiere un control por si vomitan y por si tienen hipotermia. De hecho, a partir de hoy el número de voluntarios aumenta porque van a venir refuerzos desde Madrid. Es muy vocacional, yo disfruto mucho estando aquí". Ante la situación de plena alerta ante cualquier llamada ambos sanitarios aseguran que la intranquilidad siempre se tiene porque no se sabe a ciencia cierta la patología del que requiere la atención. "Los nervios después de estar trabajando varios años procuras perderlos porque no sirven para nada. Pero la intranquilidad es buena, nos hace estar alertas, no confiarnos", señala Flores.

El dispositivo que se pone en marcha tras recibir una llamada en el centro de coordinación sigue un esquema muy preciso. "Se confirma que es real, se comprueban los datos como la ubicación y siempre se manda una ambulancia con un enfermero. Allí lo valoran y lo traen para el puesto central para que el médico tome las medidas convenientes", relata el director provincial, quien además destaca la plena colaboración que tiene con la policía, especialmente en los casos con los menores de edad. "Cuando es un menor la Policía Nacional siempre es avisada para que se haga cargo e informe a los padres", apunta Ramírez.

"Trabajo en el 061 y estar aquí es otra historia, otra mentalidad. Es trabajar sabiendo que estás viendo a un paciente y que te quedan siete más que están esperando fuera o que la ambulancia te ha avisado porque trae otro", declara Flores, quien además incide en que "las patologías son muy variadas. Aparte de las que te puedes encontrar, por ejemplo en un supermercado como un infarto, una caída o una cefalea, hay que sumar todas las complicaciones que se tiene en un recinto ferial. Aquí hay que añadir los problemas con los caballos, el calor, la humedad ambiental, las drogas, peleas e intoxicaciones etílicas. Son mil cosas diferentes". Sobre la última patología citada, Flores precisa que "desde hace unos años ya no se ven las intoxicaciones etílicas típicas. Ahora hay que sumarle que han fumado porros, consumido coca, speed y drogas de diseño, entre otras sustancias. Ya no es el tratamiento típico de 'dormir la mona', sino que hay que estar muy pendiente porque no se sabe en muchos casos qué droga se ha tomado. Se requiere un control más exhaustivo por nuestra parte".

El centro de atención sanitaria destaca que durante esta edición de la Feria, "hemos tenido muchas peleas y por las noches sobre todo hemos asistidos a intoxicaciones etílicas", declara Ramírez, quien además precisa que "son los adultos de 18 a 40 años los que más se asisten. También hay que decir que está cambiando el perfil del paciente, porque ahora las mujeres más jóvenes son las que más se emborrachan, mientras que los mayores de este parámetro de edad son los hombres. Está la cosa muy igualada".

Para que este dispositivo sea eficaz durante la Feria los profesionales sanitarios han tenido que realizar un trabajo previo. "Este servicio no es una cosa que se haya preparado dos días antes del alumbrado, sino que meses antes ya teníamos todo preparado, desde el material que nos iba a hacer falta hasta el personal. Tiene muchísimo trabajo detrás", reconoce el director provincial. El equipo con el que cuentan en la sala de críticos es prácticamente "de soporte vital avanzado, por lo que la mayoría de las patologías graves se pueden solucionar aquí, independientemente de que una vez que se ha estabilizado al paciente se traslade después al hospital", señala Flores, aunque reconoce que la mayor parte de los traslados que se han realizado "han sido para valoraciones de radiografías, de luxaciones y cosas así".

Este médico señala que si se presencia un desmayo, "sobre todo hay que mantener la calma, por que en la mayoría de las veces que se producen una situación no va a ser demasiado grave. Hay que hacerle un hueco al paciente, asegurar la vía aérea y ponerlo de lado, con la posición lateral de seguridad por si vomita o tiene cualquier reflujo". El director provincial acentúa al respecto que "lo más importante es que si no se sabe hacer algo, mejor no tocar al paciente". La caseta de Cruz Roja se llena diariamente de grandes profesionales, que prestan sus servicios gratuitamente para conseguir que el resto disfrute de una Feria más segura.

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