Feria de Jerez

Ante la crisis, vístase de gitana

  • Los diseñadores, que mantienen los precios de 2009, reconocen que la situación económica en ningún momento afecta al sector y anuncian que este año las ventas pueden superar a la pasada edición

Para bolsillos pudientes y para los que están más escasos. A la hora de ponerse guapa y pisar el albero son muchas las mujeres que optan por el traje de gitana, una vestimenta que no entiende de crisis ni de precios. Si la situación económica auguraba que este año la cosa iría 'cortita', en lo que se refiere al sector textil parece que no se ha notado, ya que los diseñadores anuncian que se pueden superar las ventas que se registraron en 2009. "Estoy muy contenta porque la colección se ha vendido en un 90 por ciento. De hecho, nosotras estamos vendiendo desde enero", señaló ayer la diseñadora Amparo Maciá. En la misma linea está Rocío Martín, quien declaró que "gracias a Dios no estamos notando la crisis, este año incluso se están vendiendo los complementos más caros".

Pendientes, peinas, mantones y mantoncillos, flores, espartos y la 'joya', el vestido. No puede faltar nada para la puesta de largo en el Real, donde los volantes, colores y flecos pasean por el albero como una seña de identidad de la tierra. Desde por algo menos de 100 euros hasta 1.200 oscilan los precios en los trajes, y ahí entra en juego la exclusividad, el tejido y la firma. "Nuestros trajes son artesanales y también intentamos que los complementos sean exclusivos para diferenciarlos de los bazares y tiendas de todo a un euro", señaló Martín. Es por ello por lo que una jerezana puede encontrar una flor por 1 euro hasta llegar a los 20; mantoncillos desde los 15 hasta los 120 euros; las peinas y peinetas se pueden adquirir a 10 euros las más baratas, hasta llegar a los 400; y los pendientes, de 12 a 300 euros. Sobre este último complemento, Amparo señaló que "en nuestra tienda resaltan la turquesa, coral natural e incluso tenemos algunos de cristal de Swarovski".

En esta Feria no sólo las grandes firmas están pegando fuerte, ya que los talleres de costura están trabajando a destajo. En esta ocasión se está viendo que son muchas las mujeres que llevan los del pasado año para 'transformarlos'. Se cambia una manga por un tirante, se quita volantes de aquí y se pone un fajín por allá. Una forma de ahorrar y renovar la percha. Pero para los que no quieran tocar el vestido, también se pueden cambiar los complementos. "Yo prefiero jugar con ellos para darle otro toque. Es más barato y se recicla la imagen", declara Maciá.

Pero por regla general se lleva eso de 'antes muerta que repetir modelito en el Real'. En los armarios, para bien o para mal, se acumulan trajes y trajes de gitana. Algunas dan un salto para atrás cuando ven colgado un vestido del año catapún, y dicen "¿cómo pude ponerme esto?". Porque otra cosa no, pero la mayoría tiene muy claro que de un año para otro la moda cambia, y con ella el traje a lucir bailando por sevillanas. "Hay mujeres que ahorran durante meses para poder comprarse uno. Para algunas en un gran sacrificio, pero por ejemplo yo he llegado vender hasta tres trajes para una misma mujer este año", declaró Maciá.

En este ir y venir de volantes, la cosa sí ha cambiado algo. "Ahora vienen muchas clientas que compran con remordimiento. Eso antes no pasaba", reconoció Amparo. Con remordimiento o sin él, lo que está claro es que de nuevo en el González Hontoria se verán verdaderos modelos, pero no sólo de 1,80 de altura, sino a las mujeres 'normales' que un año más salen de sus casas vestidas de flamenca para 'comerse' el Real. Que aprovechen.

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