Feria de Jerez

Para gustos, colores...

  • Las mujeres vuelven a poner el color al Real del González Hontoria en esta Feria con trajes de talle ceñido, vestidos canasteros y encajes.

Volantes pa arriba, volantes pa bajo. Da igual. Parece que cuando una mujer se enfunde en un traje de gitana pisa el Real con más fuerza, con otros aires. A muchas le da seguridad, 'enfrentándose' al albero del González Hontoria a golpe de volante, de baile de mantocillo y taconeo. No es fácil soportar (con gusto) un traje de flamenca en una Feria como la que se ha vivido en esta edición, en la que el viento y la polvareda han hecho de las suyas. Pero una vez al año, no hace daño.

La llamada 'moda flamenca' la marca cada año para muchas mujeres la conocida Mercedes-Benz Pasarela Flamenca, que se celebra siempre en el mes de febrero. En un rincón de González Byass, diseñadores reconocidos y otros noveles muestran sus colecciones para que el público femenino tome buena nota de las tendencias. Tendencias que después se trasladan al paseo del Real, combinándose con las inspiraciones 'propias' de mujeres que miran esta pasarela como un evento más en la ciudad.

En esta edición se han visto más trajes canasteros con encajes en tonos pasteles (sobre todo en las chicas jóvenes), aunque siguen fuertes los talles ceñidos que marcan la figura de la mujer y las subidas de volantes. Partiendo de esos patrones, el largo de las mangas es de los más variado, primando, eso sí, la manga larga o francesa terminada en pequeños volantes que estilizan más, frente a las tirantas o palabras de honor que no son la 'moda' de este año.

Los pequeños lunares han pasado a un segundo plano (aunque siguen en el Real), tomando protagonismo las telas lisas y los estampados florales y étnicos. Además, en esta edición de la Feria también se han visto superposición de tejidos y sensuales encajes que dejaban sin aliento a los acompañantes. Escotes de pico, redondo, a la caja, de barco..., mil y una opción para diseñar a medida un traje que sale del armario una vez al año.

Los mantoncillos vuelven a marcar precisamente el escote de las flamencas, colocados cuidadosamente alrededor del pecho dejando los hombros casi al descubierto. Asimismo, algunas han apostado por los flecos cosidos directamente en el vestido, sobre todo cuando el traje es de color liso, o hasta en chalecos, una opción que la firma Belúlah ya presentó el pasado mes de febrero en la Pasarela Flamenca.

Y para gustos..., colores. Aunque lo 'normal' es que los oscuros se dejen para la noche, desde el mediodía se han visto mujeres enfundadas en trajes negros, morados y azules marinos. Para las que saben que no van a fallar: los blancos, tonos pasteles y rojos. Y para las más atrevidas (y con un moreno de piel para realzarlo) los amarillos, fucsias y turquesas.

Lo de los complementos es otro cantar. Adiós a las pulseras y collares; van ganando terreno los zapatos de tacón a las tradicionales espartos; los pendientes largos y aros frente a los pequeños pegados a la oreja; y en cuanto a flores, si es grande, mejor que mejor, y si le 'va' bien a la cara, arriba antes que al lado. La novedad de este año han sido las diademas de flores de peonias y hortensias sobre todo, una tendencia 'romántica' que lo mismo viene bien para la Feria, que de invitada a una boda.

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