Por primera vez en la historia el Ayuntamiento de Jerez ordenó ayer el cierre de una caseta durante toda la Feria del Caballo. Y lo hizo cuando ni siquiera se habían alcanzado las primeras 48 horas de la fiesta. El motivo no fue otro que las numerosas quejas, así como los informes policiales que se acumulaban en los despachos oficiales en torno a la caseta 'Sálvame Deluxe', la cual se había convertido en un foco de atracción de problemas. Fuentes policiales aseguraron a este medio que se habían extendido actas por venta y consumo de estupefacientes en sus inmediaciones, así como numerosas reyertas que han acabado con nefastos resultados: un joven de ascendencia magrebí acabó en el hospital con una puñalada en un pulmón, otro con un corte en el brazo "que se le veía hasta el hueso" y otro al que le arrancaron, literalmente, el labio inferior. Hay incluso fotos que circulan estos días por la red en las que se ve el sangrante pingajo tirado en el albero.

Los caseteros de la zona aguantaron lo que pudieron y decidieron, en una suerte de moderna Fuenteovejuna, ponerse todas a una y decirle al Ayuntamiento que o la caseta de Dorado e hijos (que es el nombre de los explotadores) cerraban o eran ellos los que echaban el cierre.

Nada menos que doce caseteros se plantaron ayer ante los concejales responsables del área. Fue Antonio Montero, el responsable de Eventos, el que tuvo que escuchar a los afectados. Se trata de gente como Estrella, de 'El Rincón del Costalero', que aún se mostraba indignada por tener que soportar una zona en la que las estampidas de gente eran continuas. El desmadre subía tantos enteros que la Policía tenía que actuar. Entonces la multitud de jóvenes comenzaba a correr llevándose por delante todo cuanto encontraban: ya fuera a otra persona, un anciano, una mujer o un carrito con un bebé dentro.

Una de las gotas que colmó el vaso se vivió la noche del pasado lunes, cuando un individuo dejado caer en las inmediaciones de la caseta dejaba entrever sobre sus ropas el cuchillo chuletero que portaba. En la mano portaba una maceta de alcohol. Fue detenido, informaron a este medio fuentes policiales.

Uno de los principales afectados es Manuel Molina, que cumplía su segundo año al lado de 'Sálvame Deluxe' (no confundir con 'Salvame de la crisis', que es otra caseta). Según dijo el propietario de 'La blanquita', "esto ha sido un infierno. Aquí ha habido niños de 12 y 13 años con cuchillos en el bolsillo. Una locura. Hemos intentado hablar con el hostelero, pero no ha habido forma. Otros compañeros han llegado hasta a las manos porque con este hombre (el dueño de la caseta, natural de El Cuervo) no había forma de hablar".

Semejante desbarajuste, tamaño sinsentido, provocaron una reacción directa por parte del Ayuntamiento, la cual fue enormemente alabada por los vecinos de la calle. "En apenas dos horas han solucionado el problema", alababan ayer. Fue a las 13,50 horas cuando seis agentes de la Unidad de Prevención Reacción del Cuerpo Nacional de Policía y cuatro agentes de la Policía Local (dos de ellos a caballo), ante la presencia de técnicos de Fiestas, procedían a cerrar la caseta. Para hacerlo no se limitaron a cruzar unos precintos blanquiazules con el nombre de la Policía Local. Ni mucho menos: personal del área de infraestructuras procedió a colocar una serie de mallas metálicas para impedir el paso al interior. En la misma fachada del 'Sálvame Deluxe' se veía ayer la oferta de grandes cantidades de bebida a precios casi irrisorios. Un detalle a tener en cuenta es que se trató de una de las últimas inclusiones en la Feria del Caballo. Se trató, sin duda, de un mal paso. "Esto jamás tenía que haberse abierto", sentenciaba un policía.