Crítica 'Las mil y una noches: el embelesado'

'Manifas' y alfombras voladoras

Las mil y una noches: el embelesado. sección oficial. Drama. Por-Fra-Ale-Sui, 2015, 93 min. Dirección: Miguel Gomes. Intérpretes: Crista Alfayate.

Llegamos ya algo cansados a la tercera entrega de la trilogía. Y claro, en este estado diríamos que es la menos interesante, aunque Gomes siga trenzando libremente su material fabulador con la mirada documental, el espíritu de los cuentos maravillosos y la crisis portuguesa, con sus numerosos rótulos (hay que leer mucho en este Embelesado), sus canciones de Carpenters y Novos Baianos a contrapelo y una generosa galería de personajes, de la Scheherazade finalmente encarnada que narra historias al Rey en Bagdad, a cada uno de los criadores de pinzones del socializado barrio de Musgueira, en el cinturón de Lisboa, que se afanan cuidadosamente en su entrenamiento para ganar el concurso de gorjeos.

Aunque entre ambos bloques se esconde, agazapada, la historia que tal vez más nos seduce en fondo y forma. La cuenta (la voz de) una estudiante china, Lin Huan (Bosque ardiente), enamorada, preñada y abandonada, empleada más tarde por una condesa hasta que ardió su palacio y regresó a Pekín, mientras vemos las manifestaciones de protesta y las cargas policiales frente a la sede del Gobierno.

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