Gagarine | Festival de cine de Sevilla

De la banlieu al espacio exterior

El joven Alseni Bathily en una imagen de 'Gagarine'.

El joven Alseni Bathily en una imagen de 'Gagarine'.

Hubo un tiempo en el que las películas de Pablo Llorca competían en esta sección oficial. Llegaron luego la transversalidad, los documentales o la animación, de manera que no sorprende tanto que esta Gagarine, que en circunstancias normales debería formar parte de una sección juvenil, incluso con su inexplicable sello Cannes como aval, sea también candidata al Giraldillo de Oro.

La película de Liatard y Trouilh tampoco tiene la culpa de este agravio comparativo. Al fin y al cabo, su fórmula de high concept ‘banlieu + odisea espacial’ no engaña a nadie, mucho menos a su público potencial, ese mismo que piensa que Les misérables de Ladj Ly era una buena película o que se puede hablar de los problemas sociales en clave de género. Pues bien, todo eso tiene esta fábula escorada hacia lo sentimental y lo esquemático, relato del buen paria soñador en tiempos de desahucios, un huérfano resistente y ejemplar cuya mirada cándida inunda de poesía el hormigón desarrollista donde los demás ven desolación e injusticia. A su finalización, el recuerdo fugaz de una escena de Naturaleza muerta, de Jia Zhangke, convalida y fulmina toda la carga lírica, surreal y fantástica pasada por almíbar de esta cinta.