XXV Festival de Jerez

El milagro de cantar

Arcángel y Dani de Morón, en un momento del espectáculo.

Arcángel y Dani de Morón, en un momento del espectáculo. / Manuel Aranda

La personalísima voz de Arcángel puso el broche de oro al XXV Festival de Jerez con una propuesta original, ‘Tablao’, con la que pretende recrear el ambiente de estos particulares espacios, aunque con el cante como principal protagonista. En esa idea, el cantaor onubense prescinde de la microfonía, un hecho que añade un punto más de dificultad, pero no por ello desdibuja un espectáculo bien planteado (quizás algo extenso) y donde el público se lo pasa en grande de principio a fin.

Con una tanda de fandangos de Huelva y desfilando entre los espectadores comenzó ‘Tablao’, con Arcángel, Vicente Redondo ‘El Pecas’ y Los Mellis alternándose estilos y cautivando al público que llenaba los Museos de la Atalaya a las primeras de cambio.Si ya de por sí la voz de Arcángel es peculiar, el hecho de no contar con microfonía y escucharla de manera natural, le otorga un mayor encanto, principalmente porque hace lo que quiere con su garganta.

Así, tras el recital por Huelva, cantes que conoce a la perfección, Arcángel se acordó de Caracol, rescatando los sones por bulerías de ‘Azucena’, acompañado a la guitarra de Dani de Morón, otro artista sobrado de magia en estas lides, ya que es capaz de entrelazar de manera sutil tonos transportados con aires clásicos de su tierra, siempre sin perder el norte.

A ritmo de tangos, el cantaor siguió retando al público, esta vez recorriendo territorio extremeño y haciendo un guiño al maestro Porrina, de nuevo modulando la voz como quiso.

Salió entonces a escena Macarena López, bailaora esbelta y de buena planta, para que Arcángel interpretara el polo.

De la intensidad del baile, a la calma de los aires mineros. Con un ambiente recogido y solos en escena cantaor y guitarrista, el onubense volvió a exhibirse con un sonido íntimo y envolvente, brillando especialmente en la taranta ‘Eres hermosa’ que popularizara Camarón en el disco ‘Como el agua’.

Con la cejilla al siete, Arcángel se encendió por soleá, dejando una buena ristra de estilos y variantes que el público supo degustar entusiasmado.

La contraposición a esa tesitura de voz melosa es Vicente Redondo ‘El Pecas’, cantaor invitado, que en este ‘Tablao’ representa el papel de artista anárquico, de esos especialmente visibles lejos de los grandes espacios y capaces de hacer con las mismas hechuras un fandango de Huelva que unos jaleos extremeños, una rumba o una sevillana. Precisamente su mejor aportación llegó, al margen de su manejo en los cantes por Huelva, en una rumba y una tanda de sevillanas que alternó con Arcángel. Fue quizás este, el de las sevillanas, uno de los momentos más bonitos de la noche (con esas sevillanas de Toronjo), un instante donde también puso su granito de arena Macarena López.

El tramo final dio protagonismo a Dani de Morón por bulerías, magnífico, y al cante por alegrías de Arcángel y El Pecas para que de nuevo bailara Macarena López.

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