El aire de Cádiz llegó ayer tarde a la Asociación Cultural Flamenca Fernando Terremoto, en el Pago de San José. Un lugar alejado del centro pero que pudo atraer la presencia de tantos cursillistas y jerezanos que no quisieron perder la oportunidad de disfrutar, por un lado, de una de las peñas más acogedoras y bonitas de Jerez, y por otro, del cante de Caracolillo de Cádiz.

El cantaor gaditano, pleno en facultades y con esa ironía tan de su pueblo, protagonizó un recital amplio y correcto, con la guitarra de Miguel Salado. Esteban, que es su nombre de pilas, mantuvo siempre el nivel destacando, sobre todo, en los estilos autóctonos de su tierra como las alegrías del comienzo o en la soleá, el momento más aplaudido de la tarde. Hasta la entidad terremotera llegaron aficionados de distintas nacionalidades (en transporte público), amigos de otras peñas y algunos artistas que arroparon al elenco que presentaba en la jornada del día de Andalucía el ciclo ‘De peña en peña’.

Muchas son las dudas sobre si extender la programación hasta las peñas del extrarradio puede causar o no alguna problemática a los que vienen de fuera, pues a estas alturas y visto lo de ayer puede confirmarse que nada más lejos de la realidad. Aquello se llenó y se disfrutó.

Miguel Salado acompañó al cantaor con buen gusto, sin molestar y aportándole confianza. Se le partió la cejilla mientras se entonaba pero, como hombre precavido, sacó otra del bolsillo en un momento más anecdótico que cuestionable. Se gustó el gaditano por tangos, malagueñas, taranto, fandangos y bulerías, dedicando la soleá a Joaquín ‘El Zambo’.

Por bulerías acabó su tarde en Jerez con las palmas de Naim Real y de Edu Gómez, acordándose de los cantes de Juan Villar, Pansequito y otros nombres tan presentes en la escuela de la Bahía.