Federo y Lola Contrera vinieron al Festival por primera vez en el año 2000 cuando la muestra iniciaba su periplo vital. Desde entonces no han faltado ni una sola vez a esta cita que "subrayamos en el calendario cada vez que comienza el año", aseguran. Este matrimonio de ascendencia española pero nacidos en Francia, se desvive cada febrero con el Festival "porque el ambiente que se vive en las calles y en todos sitios es increíble". No cambian por nada "el vinito y esto que se vive aquí, que no pasa en ningún otro sitio, y encima con buen tiempo y sol", asegura Lola, gitana francesa cuya principal afición es el cante, de hecho en Marsella, donde habitualmente residen "damos algunas clases".

Federo, por contra, prefiere la guitarra y cuando se trata de elegir se queda "con Diego del Morao, ese niño es increíble", afirma. Para ellos, Joaquín Grilo es un referente cuando se habla de baile, y "Capullo de Jerez y José Mercé" cuando se le pregunta por sus cantaores preferidos. Ambos coinciden en que "la gente de aquí es diferente, te acoge como nadie y te da un cariño que te hace volver", señalan. Eso sí, lo mejor de todo "son esas tapas de chicharrones y queso manchego que te ponen en los bares" y sobre todo "la berza jerezana, esos garbanzos están de lujo", confiesa Federo, un enamorado de la gastronomía de Andalucía.