La crítica

Recuerdos del pasado

  • Andrés Peña se viste de gala en 'Callejón de Asta', donde sobresalen Ogalla y el atrás

Expresar en un espectáculo los recuerdos del pasado no resulta tarea fácil, principalmente por el grado de subjetividad que poseen. Bajo ese prisma, y teniendo como núcleo el Callejón de Asta, la calle donde dio sus primeros pasos, el jerezano Andrés Peña presentó el pasado viernes en la Sala Compañía su último montaje. Durante algo más de una hora, el bailaor se sumergió en una propuesta bien trabajada, al menos a nivel de luces y coreografía, y en la que se limitó a seguir su discurso habitual. Directo al grano, tal y como había adelantado un día antes, quiso asumir la responsabilidad de su creación, bailó todo lo que hubo que bailar y dejó chispazos de esos que sólo él sabe dar.

Si por algo ha destacado el artista en los últimos años es por rodearse de gente cualificada. Sabe que contar con un buen respaldo en el atrás es tener parte del camino recorrido y así lo ha llevado a rajatabla. Lo hizo en A fuego lento en 2007 y repitió en 2009 con Cádiz de la Frontera, dos propuestas en las que contó con un elenco artístico excepcional, donde conviven idiomas tan distintos pero tan semejantes como el de Jerez y Cádiz. El viernes, en el estreno de este nuevo espectáculo de pequeño formato, tiró de primeros espadas en el atrás, primero con las voces de Manuel Tañé, Luis Moneo y David Palomar, y luego con las gaditanas guitarras de Keko Baldomero y Ricardo Rivera. Además, la presencia de Pilar Ogalla, artista invitada, sirvió para dar un empujón más a la noche, pues su aparición, en dos momentos puntules, fue colosal, sobre todo tras marcarse un tango al más puro estilo Rocío Molina. Fue menos flamenca que otras veces pero no por ello perdió personalidad y técnica en su deambular por el escenario.

Sin apenas dar tiempo para situarse, Andrés se marcó sus primeros pasos. El vigoroso metal de Manuel Tañé sonó como un trueno en la sala para entonar unas letras de tangos muy camaroneros. Sorprende la transformación de este cantaor, mucho más reposado en cada tercio. Y es que a veces la potencia sin control no sirve de nada, algo de lo que ha aprendido el plazuelero. A capella, Luis Moneo, otro prodigio de garganta, dio continuación a la misma para terminar con David Palomar. Tres estilos, tres formas diferentes de concebir el cante pero tres formas igualmente certeras. Fue el paso previo a uno de los puntos álgidos de la noche, el baile paso a dos con Pilar Ogalla.

Por farrucas y con el acordeón como elemento copulativo, ambos recuperaron ese baile por pareja que desgraciadamente se ha perdido de unos años a esta parte. Bien coordinados, y con el atrás a pleno pulmón, tanto en el cante como en el toque con la guitarra de Ricardo Rivera, el dueto se ganó los primeros aplausos de un público entregado.

Tras un impás para escuchar el cante puro de Luis Moneo, Andrés volvió a escena, esta vez para meterse por soleá. Saleroso y varonil en cada desplante, el artista fue amasando su baile hasta llegar a su éxtasis personal al engarzar por bulerías.

Con dinamismo y sin dar tiempo a caer en la monotonía Pilar desfiló por la escena. Con gorra y bata de cola, la gaditana consiguió dotar a su baile de un alter ego manifestándose como una bailaora distinta, al menos distinta de lo que habitualmente la conocemos. Su dominio del abanico y su coordinación fue bestial, lo mismo que el acordeón y el cante de Palomar, entonadísimo y muy cómodo con el tango.

El detalle dejó via libre al propio Andrés para concluir con unas alegrías frescas y a las que le dio un aire muy especial. Lo único malo fue que la excesiva penumbra que le acompañó. Y es que a veces los artistas se empeñan en rebajar la intensidad de luz buscando no sé qué y lo único que consiguen es deslucir su propio trabajo. Pese a todo, el público, que casi llenaba la sala, despidió al elenco con entusiasmo y conforme con lo que había visto.

Baile ‘Callejón de asta’

         

Ficha técnica. Baile: Andrés Peña. Guitarras: Keko Baldomero y Ricardo Rivera. Cante: Luis Moneo, Manuel Tañé y David Palomar. Acordeón: Ale Romero. Lugar: Sala Compañía. Día: 4 de marzo. Hora: 24,00 horas. Ciclo: Solos en Compañía. Aforo: Tres cuartos de entrada.                             

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