La crítica · Teatro Villamarta

Veinte minutos de apoteosis

  • El bailaor Shoji Kojima ha provocado el primer pellizco de este Festival con su propuesta, 'A este chino no le canto'.

Resulta paradógico que haya sido la producción del bailaor Shoji Kojima la que ha provocado el primer pellizco de este Festival. Sí, un japonés, el causante de uno de los momentos que quedarán para la historia de esta vigésima edición. A él debemos agradecerle, lejos de que a sus 76 años pueda bailar mejor o peor (ya tiene mérito permanecer en la escena durante la hora y media larga que duró el espectáculo), el hecho de regalarnos este elenco de monstruos, desde Poveda a la Yerbabuena, de Lagos a Londro, de Chicuelo a Paco Jarana, de Coronel a Perico Navarro, de Christian Lozano a Tamara López o de ese efectivo cuerpo de baile que se llevó más de una ovación durante la noche. Por no hablar del violín, del violonchelo, del Coro del Villamarta.... Todo corre de su cuenta, y esa generosidad artística, es sólo suya y de paso sirve para engrandecer a este sufrido Festival.

Paradógico fue también que la Yerbabuena reivindique en veinte minutos que hoy por hoy es una de las grandes y con diferencia. Eva esta vez fue Eva, se alejó de esos montajes subjetivos que últimamente nos tiene acostumbrados, y demostró que se puede alcanzar el cénit bailando y escuchando el cante. Porque la magia ocurrió, como no podía ser de otra manera, por soleá. Con tres cañones por banda, que diría aquel, El Extremeño, Juan José Amador y José Valencia, la guitarra de Paco Jarana y la percusión de Antonio Coronel, es decir, su 'Equipo A', la bailaora salió a desquitarse desde el primer momento por aquello de que 'Apariencias' no terminó de convencer a nadie. Quizás ni a ella misma.

Por cuplé, y tras calentar motores Juan José Amador con 'Un compromiso', aquella mítica creación de Antonio Machín, José Valencia lo reventó todo tirando de letras de Manuel Alejandro, en concreto de ese 'Se nos rompió el amor' que compuso para Rocío Jurado. Fue un momento de éxtasis, en el cante, en el toque y en el baile, un momento para aguantar la respiración y hasta para llorar de emoción. José se lo llevó a su terreno, la Yerbabuena se paró y lo escuchó. El resto es difícil describirlo con palabras.

Fue el único instante en el que el maestro Kojima pasó a un segundo plano, porque hasta entonces el bailaor japonés había sido protagonista e hilo conductor. Su vida, sus sensaciones, sus pensamientos, sus anécdotas, como la que protagonizó David Lagos para ilustrar el título del espectáculo. "A este chino no le canto", afirmaciones que consiguieron sacar una sonrisa a un público muy activo.

Poveda puso su toque, el glamour de una superestrella, y también puso al servicio de Kojima su cante. Sus pinceladas fueron sucediéndose durante toda la noche, destacando especialmente la malagueña que interpretó acompañado por la guitarra de Chicuelo.

El cante al servicio del bailaor lo pusieron también David Lagos, espectacular por peteneras, y El Londro, encargado de poner la banda sonora al precioso paso a dos de Christian Lozano y Tamara López por farrucas. Todo giró en torno a Shoji Kojima, que se animó a dar rienda suelta a su imaginación de la mano de Latorre, disfrutó entre la juventud y las ganas del cuerpo de baile, e incluso proyectó toda su energía en una interminable seguiriya (quizás demasiado larga para sus actuales condiciones). Gracias maestro por su generosidad, por su amor al flamenco y por la soleá de Eva. Arigato.

Baile

a este chino no le canto

Baile: Shoji Kojima, Eva Yerbabuena (colaboración especial), Christian Lozano, Tamara López, Javier Latorre, Álvaro Paños, Ana Latorre, Carmen Manzanera, Daniel Ramos, Irene Lozano, Kanako Maeda y Víctor Martín. Cante: Miguel Poveda (colaboración especial), El Londro, David Lagos, Enrique El Extremeño y José Valencia. Guitarras: Chicuelo y Paco Jarana. Violín: Carlos Caro y Vladimir Dmitrienco. Violonchelo: Débora de la Fuente. Coro: Coro del Villamarta. Percusiones: Antonio Coronel y Pedro Navarro. Diseño, iluminación y espacio escénico: Francisco López. Realizador de proyecciones: José Carlos Nievas. Música: Chicuelo y Paco Jarana. Coreografía: Javier Latorre, Eva Yerbabuena, Shoji Kojima, Daniel Ramos-Víctor Martín. Producción ejecutiva: Shoji Kojima. Día: 2 de marzo de 2016. Lugar: Teatro Villamarta. Aforo: Lleno.

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