En paralelo

El ángel de la paciencia

  • Unas 200 instantáneas de Miguel Ángel González dan vida a 'myangelflamenco.com', el espacio en la Red que sintetiza las constantes vitales del trabajo de un fotógrafo impasible y al límite

Resistir es vencer. Es probablemente la sesión de instantáneas más reciente que incluye la web pero condensa a la perfección una filosofía de trabajo. Aparece el bailaor jerezano Joaquín Grilo en la orilla del mar, agarrando con sus manos una masa de agua congelada. Fíjense en la expresión del rostro del bailaor, con el ceño fruncido y violento, y observen con detenimiento la arquitectura del agua que se transforma en fuego abrasador gracias al click en la milésima de segundo justa. La foto está viva y el agua, en un movimiento marmóreo. Ese es el espíritu. Golpear cuando no aprieta nadie, enganchar para buscar lo asombroso, lo inimitable. El ángel de la paciencia, una cualidad que cotiza al alza en el parqué de una sociedad que centellea sin que nadie se pare a meditar ni un segundo. Todos quieren llegar y pegar. Pero la magia del trabajo de Miguel Ángel González (Jerez, 1968) es justo lograr lo contrario. Se trata de un artista al que le quedan demasiado pequeñas etiquetas como fotógrafo de flamenco o fotoperiodista. Como le comparó en un perfil con motivo de su exposición 'Flamenco al natural' un amigo común, el también periodista  Pedro Ingelmo, Miguel Ángel es un cazador que tira a matar. No pudo emplear mejor metáfora. Miguel Ángel es un fotógrafo sigiloso que primero piensa, analiza el contexto, la luz, las posiciones, la geometría, y después, tras una espera paciente e impasible, dispara. A veces te pone de los nervios ese estilo pero acabas rendido ante sus imágenes porque entiendes que sólo así se logran estampas tan precisas y que respiran tanto flamenco como las de las galerías de su nueva web: myangelflamenco.com. Un medido compendio con unas 200 fotografías que tratan de sintetizar sus más de veinte años de dedicación al flamenco en toda su amplitud y dimensión. Premio de fotografía de la Cátedra de Flamencología y Lámpara minera de las Artes Plásticas en La Unión, su trabajo callado, de inspiración y exhalación, va más allá de reconocimientos y exposiciones. He tenido la enorme suerte de que gran cantidad de esas fotos que cuelgan en su portal de Internet ilustren mis textos, lo cual, como ustedes comprenderán, es una garantía porque el poder de atracción de esas imágenes engrandecerá cualquier palabra, por pequeña e insustancial que sea. Miguel Ángel pelea cada instante como si fueran los minutos finales de la final de la Champions League y es más bien como el torero malherido que regresa a los ruedos para acabar saliendo a hombros. Es su espíritu paciente: vestirse de luces y esperar el momento para entrar a matar y dar la certera estocada. Al tipo se le suele aparecer el duende casi todas las noches. Hágase un favor, aficionado al flamenco o al arte, o a las dos cosas a la vez, acuda a visitar su página web. Pero ya sabe, como él mismo aconseja, “no tengas prisa a la hora de verla”.

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