La Plazuela sigue encendiendo la mecha en el Festival de Jerez. Si hace días fueron los Mijitas quienes enaltecieron el cante de tan castizo barrio, en la tarde de ayer fueron dos mujeres las que pusieron alta la bandera de San Miguel.

Las unen un respeto profundo por la profesión, una gran afición por el cante y una sencillez que emana de la humildad más sincera. Fue la tarde del cante de Jerez. También de la guitarra que en manos de Miguel Salado y de Domingo Rubichi adquirieron el color bronceado del pasado, con más compás que técnica, con más calor que frío.

Para calor la voz volcánica de Tamara Tañé que comenzó su gran tarde por alegrías y cantiñas del Pinini con buen compás y mejor cara. Es una de esas féminas que poseen tonos dulzones, con los que se hizo grande en la taranta con toques camaroneros. Es un placer comprobar como esta joven lo mismo se acuerda de José por tarantas que de 'La Paquera', de 'Turronero' y de 'El Torta' por bulerías. Pero si algo tuvo la actuación de Tamara, fue el atrevimiento acertado al cantar la seguiriya. Un estilo poco habitual en su repertorio pero al que bañó de matices y llantos. Quizá sea el momento de que empiece a creerse la grandeza de su cante.

A pesar de estar embarazada de algunos meses, se marcó una 'pataíta' por bulerías con la que se terminó de coronar.

Otra de las que mandan en La Plazuela es Eva Rubichi. De las pocas que han mantenido la tradición más bruta, valga la expresión, e histórica. En Eva han recaído los genes de una familia cabal, de prestigio, palabras mayores. No es hija de Diego, pero lo parece. Toda su vida a su lado y al de Domingo, su esposo.

Aquí no hay trampa ni cartón. Eva es sentimiento puro. Sus ojos brillan de manera especial y su corazón es todo bondad y generosidad. Lo plasma en el cante. Dedica la actuación a Manuel Moneo 'Barullito'. Casi llora.

Comienza por martinetes al estilo fragüero del Tío Juane, familia política. Se engrandece por bulerías para escuchar en las que Domingo manda y guía. Estamos ante un cante de Jerez, que no me lo cambien. Los palmeros, Peña y Rubichi, con soniquete. Como los dos de antes.

En las granaínas mira al cielo. De nuevo se acuerda de su suegro, también se emociona. Se deja el alma en los fandangos, parecen autobiográficos. Por bulerías no hace más que cantar lo que ha escuchado toda su vida, a los Chalaos y Agujetas. El público la despide, como a Tamara, en pie. Merecen más de lo que tienen.

Tamara Tañé y Eva Rubichi

Cante: Tamara Tañé y Eva Rubichi. Guitarras: Miguel Salado y Domingo Rubichi. Palmas: Manuel Salado, Carlos Grilo, José Rubichi y José Peña. Día: 02 de marzo de 2015 Lugar: Palacio Villavicencio. Aforo: Lleno.