XX Espacios XX Artistas

De la danza al flamenco más tradicional

  • El Museo Arqueológico y la Bodega Tradición se llenaron para ver a Rubén Olmo y Daniel Doña y Cristian Martín.

La segunda entrega del ciclo ‘XX Espacios, XX Artistas, XX Festivales’, volvió a ser intensa en cuanto a público. Por la mañana, los dos enclaves elegidos, el Museo Arqueológico y la Bodega Tradición, se llenaron para ver en escena a Rubén Olmo, que contaba conLuisa Palicio como artista, invitada, y Daniel Doña y Cristian Martín. Las calles del barrio de San Mateo se llenaron de gente y de vida, una noticia cuanto menos agradable para un centro histórico dejado de la mano de Dios. 

Había expectación para ver a Rubén Olmo, un artista camaleónico capaz de transformarse en un arlequín para danzar con plena libertad. Él mismo recibió al público a la entrada del Museo Arqueológico, que fue recorriéndolo hasta llegar a la Sala Julián Cuadra, donde aguardaba un escenario con poca visibilidad y que obligó a los asistentes a buscar acomodo lo mejor posible. Su actuación cumplió con lo previsto, combinándose a la perfección con la malagueña Luisa Palicio. Instantes después, las bodegas Tradición esperaban a Daniel Doña y Cristian Martín, pura danza para un escenario ideal. Sonidos de acordeón esperaban a los asistentes, al tiempo que ambos bailarines preparaban una vistosa coreografía  que posteriormente trasladaron hasta la pinacoteca Rivero, también con problemas de visibilidad.

La sesión vespertina la inauguró Artomático, que presentó su último proyecto discográfico, 'Electroflamenco', en el que fusiona música electrónica con flamenco. El madrileño se contó con la participación de dos invitados de excepción, el bailaor Ángel Muñoz y el músico Nacho Arimany, en la sala Montegilillo de Bodegas Lustau. En un marco absolutamente tradicionalista, repleto de carruajes  y alambiques, el bailaor se paseó de forma asombrosa de escalera en escalera, esto es, trozos de maderas donde van situada las botas de vinos y que, para la ocasión, habían sido trasladadas a otro recinto. Tuvo mucha aceptación este ‘Electroflamenco’ por la cercanía existente entre el público y ambos artistas, tónica que viene siendo habitual en este certamen. Con un magnífico acompañamiento en la percusión de Arimany, se dejó llevar por el compás de los martinetes que se escuchaban de Tía Anica la Periñaca. 

A las seis, un numeroso público se trasladó a la Plaza Quemada, enclave donde se encuentra la compañía teatral ‘Tras el Trapo’, y en la que se escenificó el ‘Corral de los Muertos’. Se colgó el cartel de ‘no hay billetes’. El grupo estuvo formado por la bailaora María del Mar Moreno, por el cantaor Antonio Malena y por el toque de Santiago Moreno. También apareció Gaspar de la Zaranda, actor que intervino con algunas locuciones aportando dramaturgia al espectáculo. La bailaora se paseó desde los villancicos del principio hasta la seguiriya del final, pasando por estilos como la soleá y la serrana. 

Acabado esto, se volvió a la Bodega Lustau, concretamente, a la Sala La Campana, cuya función tuvo que empezar unos minutos más tardes porque, una vez más, muchos asistentes se habían perdido por el camino, a falta de indicaciones visibles que facilitaran los traslados. Una vez dentro, se sirvió una copa de jerez cortesía de la firma bodeguera y se dio paso a la actuación. Pasaban algunos minutos de las siete de la tarde, y la voz de Juan José Amador resonaba en ese emplazamiento que, por cierto, resultó majestuoso por la solera de sus paredes. El número de la bailaora Rosario Toledo gustó bastante, y las intervenciones de Juan Campallo y Pakito González. Con los aplausos, se dio fin a la jornada emplazando al público a las actuaciones de mañana en las que estarán Antonio ‘El Pipa’, Belén Maya, la familia del Tío Juane y Patricia Guerrero.  

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