La crítica

Dos flamencas bien distantes

  • Beatriz Morales, natural de Jerez, y Carmen 'La Talegona', nacida en Córdoba, presentaron la propuesta 'Mu cortito. Mu flamenco'.

Dos bailaoras bien diferenciadas entre sí se presentaron en la Sala Compañía en la ya entrada madrugada del viernes. Las protagonistas fueron Beatriz Morales, natural de Jerez, y Carmen ‘La Talegona’, nacida en Córdoba. Ambas presentaron la propuesta ‘Mu cortito. Mu flamenco’, cada una a su tiempo y en su espacio, no coinciden en el escenario  provocando que lo de “cortito”, sólo se quedara en el titular.

 

Flamenco sí fue, muy flamenco, porque ni una ni otra expusieron una línea argumental ni factores artificiales a lo que es el baile, sólo sentimientos. La primera de ellas fue Beatriz, que se encargó de completar casi cuarenta minutos de espectáculo. Quiso aprovechar bien el tiempo del que disponía para poner sobre la escena tres estilos hilvanados entre sí. Salió para interpretar unos tangos canasteros, esclarecedor fue su vestuario, que representaba bien lo que quería expresar. Las voces del inicio fueron las de Sandra y  Estefanía Zarzana, y Rocío Parrilla, tres jóvenes que mostraron el lado más dulce de la noche porque lo de luego fue, sobre todo en el baile, ímpetu y virulencia. 

 

Morales se rodeó de un equipo artístico a la altura de las grandes compañías de baile, destacando la aparición de Enrique ‘El Extremeño’, al que se le echaba de menos por el Festival y que mostró su grandeza en el cante para bailar, y la de Luis Moneo, que dio una clase magistral en cada intervención, como viene haciendo en las apariciones que ya ha tenido en la muestra. La guitarra fue la de Juan Manuel Moneo, que se echó a sus espaldas la música del espectáculo Entre Enrique y Luis se alternaron los cantes por alegrías y bulerías para escuchar que bailó la jerezana, el primero de ellos con bata de cola y el segundo con traje más de gala. 

Tras ella llegó Carmen ‘La Talegona’. Tuvimos que esperar unos cinco minutos para poder disfrutar de la segunda parte, hecho que a esas horas, resulta incómodo. Pero Carmen salió con ganas y mostró buenas hechuras en la farruca del principio. Controlando el escenario, se paseó con garbo y empaque desenvolviéndose como pez en el agua. 

 

Hay que destacar la intervención en solitario que tuvo Juañares, un cantaor jerezano al que no se le suele ver por su tierra y que estará la semana próxima en la peña Tío José de Paula. Éste hizo bulerías cortas de Jerez mientras la bailaora cambiaba vestuario. Bien definida, se colocó sus castañuelas para acompañarse de ellas en la soleá. El atrás de Carmen también le acompañó de buenas maneras aportando profesionalidad con el fin de llegar a un resultado eficaz en su actuación. 

Baile

‘Mu cortito, mu flamenco’

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