La crítica · Sala Paúl

Una fuga de ensueño

  • Alfredo Lagos posee dotes innegables para la composición y transmisión de pasiones a través del alma de su guitarra.

Quiso el destino que la guitarra de Alfredo Lagos fuera el principal reclamo de la jornada de ayer. A falta de espectáculo en el Teatro Villamarta, lugar donde se entregaron los premios de la edición pasada, todas las miradas estaban puestas en Sala Paúl, que recibía a un guitarrista polifacético y a unos invitados de primera.

El Festival de Jerez, que va llegando a su ecuador, recordó ayer al maestro Paco de Lucía en el segundo año de su muerte, y con quien mejor que con un intérprete de la guitarra que posee dotes innegables para la composición y transmisión de pasiones a través del alma de su guitarra. Porque viendo la ternura con que la trata, todo parece indicar que más que un instrumento de cuerda, la sonanta de Lagos adquiere la vitalidad de una extensión de su cuerpo.

Con la actuación de ayer tarde, dentro del ciclo 'Toca Toque', más que un "Punto de Fuga", podría decirse que sirve de punto de inflexión, que hará del maestro jerezano un músico maduro y con más peso aún en el panorama actual. Se trata de su primer disco en solitario, que recoge todas sus capacidades e inquietudes.

Lo de que la guitarra de Jerez pasa por su mejor momento histórico, en cuanto a cantidad y calidad de intérpretes se refiere, parece una expresión bastante manida, sobre todo, cuando disfrutamos de la sensibilidad musical de Alfredo, perteneciente a una generación pasada y que también ha aportado y sigue aportando bastante en beneficio del flamenco.

Alfredo consiguió el mejor de los premios para un artista, o sea, palmas y más palmas al término de la actuación. Tuvo que salir por dos veces a recoger el calor de un público en pie y que parecía no haberse saciado de buena música.

La hora y poco que duró el espectáculo fue una muestra de sentido y significado, la libertad e inicio de un camino que se presume prodigioso. Hasta ahora, ya ha sabido posicionarse en lo más alto del acompañamiento al cante, y, ahora, en solitario.

Inició concierto con la rondeña 'Maestro Riqueni', con musicalidad a raudales. En 'All Free', título de la soleá, comprobamos la versión camaleónica de Lagos, cargado de clacisismo. Luego se adaptó a la musicalidad y vanguardia de sonidos con el acompañamiento en la voz de Rosalía, una joven que proyecta dulzura y magia.

Quiso tener palabras de agradecimientos y dedicó la actuación a dos personas fundamentales en su carrera: "mi tío Álvaro Aguilar, que me llevaba a tomar clases de pequeño, y a Paco de Lucía, quien ha encaminado a mi generación". En la taranta 'Romia' comenzó a coronarse, y a los tanguillos les impregnó ritmos gaditanos.

Aún quedaba lo mejor por llegar con las apariciones de su hermano David Lagos, un apoyo fundamental en su vida y en la tarde, y Diego Carrasco. Éste último realizó el tema 'Niña' con el que podríamos en una interpretación magistral de compás y jerezanía. El público en pie y palmas por bulería.

Guitarra

Punto de fuga      

Guitarra: Alfredo Lagos. Palmas: Miguel Téllez y Noé Barroso. Artistas invitados: Diego Carrasco, David Lagos y Rosalía. Percusión: Perico Navarro. Día: 25 de febrero. Lugar: Sala Paúl. Aforo: Lleno. 


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