Santi Lara no se olvida de los maestros. Expone en Sala Paúl un trabajo basado en la reinterpretación de grandes éxitos de ilustres creadores del mundo de la guitarra. Así, comienza con la rondeña de Ramón Montoya, utilizando un proyector para recordarnos en imágenes a tales genios de la sonanta. Como ocurre con su persona, salvando las distancias obviamente, en estos músicos confluyen la creatividad más exacerbada así como con el perfil clásico de la sonanta. El respeto al instrumento y al flamenco en sí. Esa consideración la mantiene viva durante la gala este jerezano que tras publicaciones como 'El sendero de lo imposible', 'Sentimientos nuevos' y 'Flamenco Tribute to Pat Metheny', en la que se acerca al jazz fruto de la universalidad de su inventiva.

Ahora, que ya ha demostrado sobradamente que puede hacer lo que se proponga, prefiere mirar a lo que otros hicieron para recordar que para innovar hay que contar con unas raíces sólidas. Desde el público gritan "Santiago viva tú y tu guitarra" rompiendo, así, el ambiente sereno que definía el momento. Impecable sonó su soleá a la que dedicó a Niño Ricardo. Desde la escuela sevillana pasamos a la genialidad de Paco de Lucía, que se nos viene a la mente, como no podía ser de otra manera, cuando suena 'Entre dos aguas', también la bulería del final 'Río de la Miel'. Vemos caras sonrientes, pues a la gran mayoría nos vienen recuerdos a la mente de momentos vividos con esta espiritual música. Lo acompañan Perico Navarro, a la percusión, y Faé Ramos y Javier Peña, a las palmas. Sale en algunos momentos Paco León, una de las guitarras más prometedoras de la actualidad. De Jerez acude al legado de Manuel Moreno Junquera 'Moraíto', por bulerías. Podría haber elegido a otro de los nacido aquí, pero se quedó con el de Santiago por las influencias que ha tenido sobre él. Afina su guitarra y nos regala 'Maestranza' y la rondeña 'Oración', de Manolo Sanlúcar. Para acabar seduce definitivamente con la soleá por bulerías de Reino de Miel, de Vicente Amigo. Sale de nuevo en respuesta de las palmas del público que ha disfrutado en exceso.