Festival de Jerez

Un lamentable tropezón

  • La bailaora sevillana sufrió una caída al principio de su actuación, anoche en Sala Paúl, y apenas bailó un cuarto de hora por alegrías y soleá, por lo que sólo regaló destellos

"Espero que la sala esté adecuada para poder dar todo lo que tengo". Rosario La Farruca llevaba ya unos días visiblemente molesta por haber sido programada en la Sala Paúl, como así lo recordó anteayer en la rueda de prensa del Consejo, previa al espectáculo que presentó anoche en un escenario del todo inapropiado para el baile. Una sala, justo es decirlo, donde difícilmente uno intuye qué hace el artista con sus pies, pues no ve absolutamente nada entre tantas cabezas.

El caso es que Farruca llegó a decir en la previa que, de haber venido a otro espacio de cuantos pueblan el Festival, quizás hubiese presentado un nuevo espectáculo que prepara. No fue el caso y el resultado, problemas accidentales al margen, fue decepcionante. Rosario ya avisó que bailaría alegrías y soleá, lo que ya nos hizo intuir en aquel momento que iba a ser una aportación discreta para llenar la hora de rigor del austero montaje previsto.

Por lo que allí ocurrió, visto lo visto, parece que el mal bajío de esta señora del flamenco terminó por cumplirse y al entrar en el número por alegrías -yo no me percaté de ello-, se tropezó doblándose, al parecer, el tobillo al pisar. Apenas bailó unos minutos y tardó otros 25 en recuperarse y volver a escena para bailar por soleá, donde se le vio, obviamente, mucho más a gusto que al principio. Al final de la triste función, a ella misma y a la organización no le quedó más remedio que pedir disculpas al público, el cual agotó el aforo de la recoleta sala y supo estar a la altura y asumir con comprensión la fatalidad que mermó sobremanera el baile tribal, de raza y temperamento, que tenía pensado ofrecer en su concurso en la muestra la hija de Farruco.

En las alegrías ya de por sí tardó en entrar a escena y, tras la caída, apenas estuvo Rosario siete minutos sobre el suelo que la organización le había colocado para la actuación. Marcó los cantes de Mara Rey, Piquina y Pedro Heredia, y salió por donde había entrado. La guitarra de Juan Requena fue de lo poco salvable de la función, y sus notas regalaron notas ricas en acentos, escalas y matizaciones, claves para que el estoico regreso de la Farruca al escenario no se hiciese interminable entre bostezos y caras de circunstancia de buena parte del público, que desconocía en esos momentos qué ocurría.

Taranto de Joaquín el Cojo en la voz de Rubio de Pruna. Corrección sin más. Le sigue un Pedro Heredia rozado por momentos y una Mara Rey por tangos que defiende como puede la ausencia de La Farruca. El público, que le profesa una honda admiración, como así lo demostró en los aplausos y jaleos finales, esperaba ansioso la reentré, la cual dilató por los motivos ya reseñados. El precio abonado por la entrada -agotadas desde hace una semana-, 22 euros, no era para menos.

Ya en la soleá, La Farruca pareció olvidarse del dolor para sacar fuerzas de flaqueza. O eso pareció. Baile de vísceras que encendió la sala, tan apagada ante los contratiempos. Su baile de casta, sobreexcitado y voluptuoso, dejó algunos destellos en forma de remates y desplantes gitanísimos. Con su peculiar forma de moverse por el escenario, en un paseíllo constante, metió caderas con ángel y braceó con garra para tratar de compensar el malestar provocado por la caída. En todo caso, pensamos que el baile de Farruca puede disfrutarse en estos momento mucho mejor en pinceladas en espectáculos corales, donde sea una parte del todo. El año pasado ocurrió algo parecido con Concha Vargas, a la que vimos desaparecida y desdibujada en una actuación en solitario en La Compañía y que, por contra, en esta edición nos ha encandilado con su colaboración especial en el nuevo espectáculo de Andrés Marín. Para los mitos anárquicos, un poco siempre es mejor que mucho.

Baile: Rosario Montoya Manzano 'La Farruca'. Cante: Mara Rey, Rubio de Pruna 'Piquina', Pedro Heredia. Guitarra: Juan Requena. Día: 9 de marzo. Lugar: Sala Paúl. Aforo: Lleno.

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