La crítica de Villavicencio

La saga Rubichi continúa

Con sólo cuatro cantes y una actuación sencilla, Eva de Rubichi salió ayer triunfadora de su paso por Villavicencio. La cantaora jerezana completó un recital de bandera, templando el cante cuando fue necesario y haciéndolo de corazón. Tan simple como eso. Y es que a veces es mejor acometer terrenos sobradamente conocidos y hacerlo como Dios manda, que rizar el rizo con la intención de agradar, pues el resultado no llega a ser nunca el que uno quiere.

Nervios había, pero Eva los supo manejar a su antojo. Comenzó por malagueña, con la que dio una lección de cómo se tiene que reposar el cante. Trabajó las dos letras del Mellizo que realizó y culminó su primer palo haciendo abandolaos con una precisión y una solvencia impecables.

Su prometedor inicio continuó con la soleá por bulería, donde la artista evidenció un profundo conocimiento del cante, pues se atrevió a enlazar con éxito alguna que otra letra del Chozas, algo muy difícil de ejecutar. Por seguiriyas, la tónica se mantuvo. Tres letras (de Los Puertos y Paco la Luz) le bastaron para cerrar. Eva crecía conforme pasaba el tiempo, gracias entre otras cosas, a la extraordinaria guitarra de Domingo Rubichi, perfecto en el acompañamiento y en cada falseta. La sonanta del plazuelero deja el mismo regusto que un buen vino, se queda en el paladar. Una delicia.

En su último peldaño también hizo lo necesario. Las letras justas por bulerías, con unas palmas rebosantes de compás, cerraron su actuación. Tuvo tiempo para un bis con aires caracoleros. Todo sin moverse de la silla, con arte, parsimonia y lo más importante, profesionalidad.

Antes había pasado por el escenario otra joven de la tierra, Sara Salado. La jerezana derrochó entrega en sus diferentes propuestas, demostrando que ha crecido como artista en los últimos tiempos. De todo lo que hizo resaltó la media granaína, donde se salió. Moduló la voz con habilidad y remató con mucha fuerza. En cambio, se complicó la vida absurdamente en algunas fases como el hecho de introducir las seguiriyas con tonás que no le beneficiaron.

Por bulerías estuvo mejor. Ofreció un amplio abanico de letras y modalidades (hizo cuplés, aires de La Plazuela...). Sara cumplió y apuntó maneras de futuro, aunque eso sí, debe intentar ser más natural en algunos cantes.

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