Cuando la energía discurre por un escenario todo es más fácil, más si cabe cuando encima del mismo fluye con fuerza un mismo apellido, Campallo. Bajo un prisma idéntico, Adela, Rafael y Juan unieron ayer sus carreras durante algo más de hora y media para levantar la bandera de una saga que posiblemente atraviese uno de sus momentos más dulces, artísticamente hablando. Lo hicieron mediante el espectáculo 'Sangre', una propuesta sencilla a todos los niveles pero con una profunidad y buen gusto que inundó de arte Villamarta durante algunos pasajes. Sí, algunos que no todos, porque este 'Sangre', que aglutina los ingredientes idóneos para hacer un buen caldo, se pierde en algunas fases (por ejemplo la petenera que Adela enlaza con la seguiriya y que resulta un tanto empalagosa) alargando en exceso un montaje atractivo y cargado de sensaciones, tanto musicales como de baile. Es de los pocos peros que se le puede poner, porque el resto tiene lo necesario para hacer disfrutar al público como ayer lo hizo.

Los Campallo reivindican su sitio con una escenografía simple y cuidada y con una iluminación atractiva (salvo el número de los tangos que baila Rafael en claroscuro) en las que el protagonismo fundamental es para el baile, sin olvidarse del toque, con un Juan Campallo a gran nivel, ni del cante, pues tanto Londro como Jesús Corbacho, y por supuesto El Extremeño, lo dotan de sonidos propios.

Tras una pequeña pincelada por caña de Begoña Arce, una de las artistas invitadas, la sevillana saca su lado más femenino en los caracoles, que baila con abanico en mano. La energía, la donosura y ese manejo de la muñeca crean un ambiente selecto que gustó mucho al público. No fue el único detalle resolutivo de esta escena, pues seguidamente la bailaora invita al escenario a Carmen Ledesma y El Extremeño, sentados en el patio de butacas. Su aportación es sobresaliente sobre todo en el caso de Ledesma (que baila por bulerías), el contrapunto perfecto, por aquello de reposar el baile, a la aparición de Hugo Sánchez, demasiado acelerado. Todos conforman una estampa clásica de enorme factura.

La elegancia y delicadeza femenina de Adela se torna fuerza y vigor con su hermano Rafael. El mayor de los Campallo es el prototipo de bailaor masculino del momento mezclado con las hechuras y la finura de antaño. Con un vestuario cuidado, el sevillano exhibe su madurez en la farruca (bien interpretada por Juan y también un pelín extensa) pero sobre todo en unas alegrías con las que corrobora que su madurez bailaora, con poses y mudanzas de torero consagrado.

Antes del final, Londro y Jesús Corbacho recorren distintos estilos de fandangos de Huelva con esa garganta acaramelada, y los Campallo culminan su noche mágica por soleá. No podía ser de otra manera. Su baile eclosiona a la par. De negro, y con la musicalidad de La Serneta por el escenario, Rafael y Adela, Adela y Rafael detienen el tiempo y vuelven a cruzar sus caminos para marcarse una soleá conjunta y repleta de oficio con la que ambos disfrutaron como niños. Es la casta de una saga, los Campallo, que sigue y seguirá dando que hablar.

Baile

'Sangre'

Baile: Rafael Campallo y Adela Campallo. Colaboración especial: Begoña Arce, Carmen Ledesma y Hugo Sánchez. Artista invitado: Raúl Gómez. Cante: Enrique El Extremeño, Jesús Corbacho y Londro. Guitarras: David Vargas y Juan Campallo. Percusión: Raúl Botella y Javi Silva. Coreografía: Rafael Campallo y Adela Campallo. Dirección artística: Mercedes de Córdoba. Dirección musical: Juan Campallo. Iluminación: Olga García.  Sonido: Chipi Cacheda. Regiduría: Balbi Parra. Producción: Rafael Campallo y Adela Campallo. Fotografía: Danielmpantiga.com. Distribución: Artenautas.info. Día: 2 de marzo. Lugar: Teatro Villamarta. Aforo: Lleno.