Elecciones

Votos con mucho tacto

  • Los ciegos pueden votar por primera vez de forma autónoma gracias a un sistema en braille para identificar las papeletas

Cristóbal Martínez llegó pronto ayer a su cita con las urnas. Sobre las 10 de la mañana ya estaba en el Centro Cívico. Era lógico. Es ciego y tenía ganas de probar el nuevo sistema en braille que permite a estas personas ejercer el derecho al sufragio sin ayuda de nadie. Hasta ahora su mujer, Elvira Sánchez, siempre había sido sus ojos en todos los comicios. "Es un paso adelante. Es útil para personas que no tienen ayuda o que quieren votar de forma independiente", reflexionaba tras depositar las papeletas. Mientras hablaba, Congo, su perro-guía, le esperaba a su lado.

El proceso para votar mediante el lenguaje de los ciegos no es complejo, sólo hay que detenerse unos minutos a comprender la mecánica. Los responsables de la mesa donde ayer votó Cristóbal no se aclaraban muy bien sobre cómo era el sistema porque también para ellos era su primera experiencia.

Ellos tenían un kit especial de papeletas en braille, ya que Cristóbal había solicitado ejercer su derecho con esta nueva modalidad. Es el primer requisito: comunicar con antelación al Ministerio del Interior ese deseo. Por eso, allí estaba el kit a disposición de Cristóbal.

Las papeletas del Congreso, el Senado y el Parlamento vienen por separado. El votante debe seguir un orden muy estricto para no confundirse. En cada sobre, en braille viene indicado el partido de la papeleta que hay dentro. El elector lee con sus dedos todas las candidaturas y elige la que desee. Luego la introduce en un sobre de votación normal. Sólo cuando acaba con, por ejemplo, los diputados puede abrir la parte del kit para los parlamentarios. De lo contrario se le mezclarían. La votación del Senado es diferente. Lleva una plantilla en Braille y agujeros para que pueda poner una x en la casilla elegida. Luego entrega todos los sobres al presidente y éste los mete según cada color.

En la provincia, 30 personas ciegas utilizaron el sistema. No son muchas si se tiene en cuenta que hay más de 500 invidentes en Málaga. Cristóbal, que es el director de la ONCE en la provincia, explicaba que esa cifra reducida podía deberse a que hay invidentes que no saben braille o que prefieren votar ayudadas por alguna persona de confianza. De hecho, él fue acompañado de Elvira, que ayer también le echó una mano. Pero esta vez su ayuda fue simplemente para agilizar el proceso. Sin ella, habría tardado más, pero lo hubiera hecho sin problemas.

"Además de un sistema que permite la autonomía de las personas ciegas, esto es una forma más de sensibilización", acotaba. No obstante, proponía que en el futuro se avance hacia sistemas de votación por internet. La modalidad estrenada ayer fue consensuada con la ONCE. Tras haberla utilizado, a Cristóbal no se le ocurría ningún posible retoque: "No me siento capaz de mejorarla".

Elvira y Congo estaban a su lado. Ella -sus ojos en elecciones anteriores- dice que nunca le ha engañado a la hora de meter las papeletas. Y eso que, confiesan, a veces no han votado lo mismo.

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